Esa cartera vencida creció a $13 mil 798 millones, un incremento de 52.5% en un año
No se usan tres de cada 10 tarjetas de crédito vigentes, reporta el banco
El pasado agosto el financiamiento de la banca en préstamos personales y plásticos se contrajo 18% anual
Viernes 30 de octubre de 2009, p. 25
La cartera vencida entre los deudores de hipotecas llegó a su nivel más alto en 65 meses, mientras tres de cada 10 tarjetas de crédito vigentes fueron guardadas por sus dueños en el fondo del cajón, como reflejo de la dificultad de los consumidores para pagar sus deudas después de años de una oferta casi sin límite de financiamiento.
A pesar de las restructuras, la cartera de crédito en los préstamos a las familias sigue deteriorándose
, advirtió el Banco de México.
La cartera vencida en préstamos hipotecarios creció a 13 mil 798 millones de pesos, un incremento de 52.5 por ciento en el último año, de acuerdo con el banco central.
La cercanía de la temporada de mayor consumo y un respiro en el deterioro de los balances financieros de los bancos parece haber despertado nuevamente el mercado de crédito, que comenzó a contraerse desde mediados de 2008.
Banorte, por ejemplo, espera regresar al mercado de colocación de préstamos, después de un año de disminución en la oferta de financiamiento, comentó David Suárez, director de relaciones institucionales.
Después de dos trimestres sin crecimiento en el volumen de crédito, Banorte espera que el incremento en cartera se reanude este cuarto trimestre de 2009 y se extienda en 2010, comentó ayer Banamex en un análisis sobre la operación de Banorte.
Con un crecimiento proyectado del producto interno bruto (PIB) de 3 a 4 por ciento para 2010, David Suárez, director de relación con inversionistas de Banorte, mencionó en una conferencia con analistas que la cartera de créditos de ese banco debería crecer en un nivel de 10 a 15 por ciento el próximo año, según el reporte que de esa conferencia hizo el área de análisis de Banamex.
El crédito a las familias, que en el segmento de consumo llegó a registrar en 2006 y 2007 crecimientos anuales en torno a 45 por ciento, se comenzó a contraer a partir del verano de 2008 a medida que se acentuaba la crisis financiera en Estados Unidos y aumentaba la cartera vencida en México. En agosto pasado, último dato disponible, el financiamiento de la banca en préstamos personales y tarjetas de crédito se contrajo a una tasa anual de 18 por ciento.
En el crédito a la vivienda también ocurre una disminución en la oferta de préstamos. Después de crecimiento de 40 por ciento en 2007 y de 25 por ciento en 2008, en el último mes el préstamo hipotecario de la banca comercial se contrajo a una tasa anual de 5 por ciento, indicó el banco central.
La menor oferta de crédito es respuesta a la caída de la actividad económica, que para las familias se tradujo en una pérdida de empleo y merma en el ingreso disponible. Junto con la disminución del financiamiento se ha dado el aumento de la morosidad.
Cuando comenzaron a sentirse en México los efectos de la crisis financiera y económica internacional, los bancos comerciales ofrecieron programas de restructura para sus clientes, tanto para aquellos que se encontraban al corriente de sus pagos pero querían aligerar sus abonos mensuales, como para los que ya habían caído en cartera vencida.
El aumento de la morosidad ha seguido, tanto en los préstamos al consumo como en los hipotecarios.
Es posible que los programas de restructuración de los préstamos al consumo hayan aminorado la caída del financiamiento en este segmento. Estos programas pudieron haber contribuido a incrementar la proporción del número de tarjetas vigentes que fueron utilizadas en los dos primeros trimestres de 2009. A pesar de estas restructuras, la calidad de la cartera continúa deteriorándose
, señaló el banco central.
De las 26.5 millones de tarjetas de crédito en poder de los consumidores mexicanos, apenas 70 por ciento, esto es, 18.5 millones, eran utilizadas a finales de agosto. En 2006, cuando se vivía el auge de préstamo al consumo, el porcentaje de utilización era de 80 por ciento, sobre un universo de 20.5 millones de tarjetas emitidas ese año.