Porfirio Muñoz Ledo afirmó que con una actitud de insolente y provocador, el secretario del Trabajo, Javier Lozano, está jugando una apuesta personal de poder por la vía del enfrentamiento social y la mano dura, y denunció que el gobierno federal compra casi 50 por ciento de la electricidad que se consume en el país a empresas privadas que operan mediante 772 permisos especiales.

Encargado de fijar la posición del Partido del Trabajo (PT) en la comparecencia del funcionario ante el pleno de la Cámara de Diputados, el legislador dijo desde la tribuna:

Acaban de comentarme algunos diputados, entre ellos Adán Augusto (López Hernández), Emilio Serrano y Carlos Flores Rico, que además de probar cobardía es usted perjuro.

Explicó que el titular del Trabajo mintió ante la Cámara de Diputados, a pesar de protestar conducirse con verdad, al afirmar que respeta la división de poderes, cuando ha violado flagrantemente las facultades del Congreso. Miente cuando habla del repunte del empleo: 800 mil puestos de trabajo se han perdido durante el año, y no hable de minas de carbón para recordarnos Pasta de Conchos, ni menos de justicia laboral, porque ha instaurado usted la ley del garrote.

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores anticipó que las críticas a Lozano Alarcón serían duras, como violenta ha sido la acción del gobierno. Y como el secretario del Trabajo garrapateaba notas sin prestar atención, Muñoz Ledo le soltó: Del gobierno del cual usted, ¡escuche, escuche, Lozano!, es el principal instigador.

El petista anticipó que, después de haber asaltado a garrotazos una empresa pública y disuelto un contrato de trabajo, no espere que lo tratemos como príncipe heredero. ¡Usted es sólo experto en trabajos sucios! Es usted el brazo armado de la privatización, es la continuación de (Juan Camilo) Mouriño en su versión fascista.

Y es que, señaló, el debate suscitado por el decretazo para extinguir Luz y Fuerza del Centro (LFC) ha desmontado las mentiras esgrimidas por el gobierno y evidenciado una estrategia golpista de alta peligrosidad, y constituye un drástico viraje ideológico y político al que no se habían atrevido hasta ahora.

El objetivo es, alertó, polarizar al país y enseñar la violencia de Estado como promesa de futuro a los grupos oligárquicos. Sin embargo, ponderó que el Congreso es hoy la línea institucional de resistencia y no debe ceder en el rechazo al autoritarismo.

Sostuvo que el gobierno de Felipe Calderón avanza en la militarización del país, la supresión de los derechos humanos y la política, por decreto, de rebasar a sus adversarios por la derecha, y plantea a la sociedad un desafío insolente para orillarla a la confrontación.

Se refirió expresamente al caso del SME y de Luz y Fuerza. No hay otro caso de declaración de guerra a las organizaciones gremiales. La negativa de toma de nota no era sino un tramposo pretexto para proceder a la brutal liquidación de la empresa, expresó.

El asalto a LFC y la agresión al sindicato, cuestionó, va en el sentido inverso a las acciones que en países como Estados Unidos se definen como la revitalización de la vida sindical. Todo lo hacen a contrapelo, como una banda de necios secuestrados por la oligarquía.

En el cierre de su intervención, Muñoz Ledo afirmó que así como Lozano se negó a otorgar la toma de nota a la dirigencia de Martín Esparza en el SME, a Calderón se le quita la toma de nota que indebidamente se le concedió. El SME se queda, los sindicatos prevalecen. ¡Calderón se va con toda su pandilla!

Muñoz Ledo ya tomaba sus apuntes de la tribuna, y ante el coro de diputados del PRD regresó para decir: ¡Que el chaparro ponga su changarro!