Invertir en enseñanza y capital humano puede evitar la generación de problemas y tensiones de cohesión social, afirmó Beatriz Pont, gerente de políticas educativas y formación de directivos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Dijo que muchos países que integran este organismo están invirtiendo en infraestructura y educación para salir de la crisis.

En entrevista, tras participar en el taller Liderazgo escolar en México desde una perspectiva comparativa, convocado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), señaló que el deterioro de la economía mundial generó un elevado índice de desempleo que “afecta, sobre todo, a personas con bajos niveles educativos, que luego tienen problemas que generan tensión, por lo cual –insistió–, destinar más recursos al desarrollo de capacidades durante los momentos de crisis es muy importante para ayudar a una nación a salir de ese escenario”.

Luego de que la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) alertó a los gobiernos sobre los riesgos de reducir el gasto en enseñanza, recordó que uno de los mayores impactos de la aplicación de fondos públicos en el crecimiento económico es el que se destina al sector educativo, pues a largo plazo genera desarrollo.

Como parte de las acciones para mejorar la calidad educativa en México, enfatizó que uno de los grandes retos es reconfigurar el papel de los directivos en las escuelas para que realmente se dediquen a mejorar los resultados, lo que supone mejor salario, capacitación y autonomía en la toma de decisiones.

Entre las recomendaciones presentadas por la OCDE destacó que es necesario planificar la cobertura de futuras vacantes de directores, pero también fortalecer su capacitación y evaluación. Señaló que sus salarios son 20 por ciento más elevados en comparación con los docentes, pero tienen una carga laboral mayor, que va de 40 a 60 por ciento.

En el acto, el subsecretario de Educación Básica, Fernando González Sánchez –quien es yerno de la dirigente magisterial, Elba Esther Gordillo–, afirmó que entre los asistentes al acto –directores e inspectores escolares– están los que se encargan de operar los sistemas electorales (sic) de todo el país. Aseguró que los reglamentos educativos vigentes, que datan de los años 80 y 90 del siglo pasado, no alcanzan para gobernar la nueva escuela ni enfrentar los problemas cotidianos en el aula.

Indicó que como parte de los acuerdos de la Alianza por la Calidad de la Educación, se prevé aplicar concursos de oposición para la asignación de directores en escuelas de nivel básico. Sin embargo, reconoció que antes deben estudiarse varias cosas, como reglamentos y deficiencias administrativas, pues hay directivos que tienen plaza como profesores de grupo, no como director, por lo que dijo que este mecanismo podría aplicarse hasta el año próximo.

Beatriz Pont insistió en que la escuela debe convertirse en centro de la política pública del sector y no sólo centrar su esfuerzo en el docente, como persona individual, pues el mayor énfasis debe estar enfocado en la escuela y sus alumnos.

Agregó que otro de los retos es identificar cuántos maestros están realmente impartiendo clases en el aula, pues es muy difícil saberlo. Nadie nos puede responder cuántos docentes están ejerciendo frente a grupo; no hay datos. No se sabe si hay 1.2 o 1.3 millones de profesores. Nos deja un poco perplejos que no se tenga esta información, que es la manivela básica para poder avanzar.