Organizaciones sociales, ecologistas y de derechos humanos, así como integrantes de la comunidad artística, hicieron un llamado a la ciudadanía para que exija al presidente Felipe Calderón que cancele la autorización de los dos permisos otorgados para experimentación con maíz transgénico, pues ponen en riesgo la alimentación de los mexicanos y son un tiro de gracia para el campo.

En conferencia de prensa, la Red en Defensa del Maíz, Greenpeace, Semillas de Vida y la red de organismos civiles Todos los Derechos para Todas y Todos se pronunciaron contra las prácticas monopólicas de Monsanto, y sostuvieron que recurrirán al Congreso y a organizaciones internacionales para detener la siembra de semillas transgénicas.

En 13 años de lucha contra los transgénicos se han recopilado nuevas pruebas científicas que demuestran los riesgos para la salud humana, asentó Ana de Ita, de la Red en Defensa del Maíz.

No se resuelve el hambre

Los transgénicos no resolverán el hambre del mundo, pues éste es un problema de redistribución de la riqueza; en el caso del maíz, las variedades de siembra experimental propuestas para el país fueron rechazadas en Francia y Alemania, pues se ha comprobado científicamente que pueden causar daños a la salud, mientras aumentaron las plagas secundarias, dijeron.

Se trata de una guerra de intereses por los transgénicos entre Estados Unidos y Europa, y en medio estamos los ciudadanos frente a un gobierno que se salta acuerdos y leyes. La sociedad tiene que poner el dedo en la llaga, cuestionar y romper con la costumbre de dejar de participar, aseveró el actor Héctor Bonilla.

A su vez, Édgar Cortez, director de la red organismos de derechos humanos Todos los Derechos para Todas y Todos, expresó que dichos permisos atentan contra la soberanía alimentaria y el derecho a la alimentación de la población. Se demuestra que no hay formas efectivas de participación ciudadana, porque es el Presidente quien decide, sin importarle que está en riesgo el patrimonio cultural y alimentario de la población, añadió.

En tanto, Patricia Arendar, directora de Greenpeace, cuestionó: ¿a qué intereses está respondiendo el gobierno de México?, y demandó la revocación de las autorizaciones, así como una moratoria total y definitiva a dichas siembras, ya que estamos hablando de la independencia y capacidad del país para producir su propio alimento.

Adelita San Vicente, directora de Semillas de Vida, puntualizó que las organizaciones que se han unificado en contra de la siembra de maíz transgénico continuarán su batalla en el ámbito legal y acudirán a las comunidades indígenas y campesinas para impedir dichas siembras y declararlas zonas libres de organismos genéticamente modificados.

No se trata de una lucha utópica. Ni el Presidente ni sus colaboradores pueden pasar por encima de la ley. Todos los mexicanos debemos sumarnos para defender al maíz, sustento de la alimentación; nos asiste la razón, abundó Aleira Lara, coordinadora de la campaña de agricultura sustentable y transgénicos de Greenpeace.

El fin de semana un centenar de comunidades de las huastecas potosina y veracruzana y 250 de Guerrero se sumaron al rechazo a dichos experimentos y manifestaron contra Monsanto, comentó vía telefónica Alberto Gómez Flores, coordinador en la región de Norteamérica de la organización internacional Vía Campesina.