El carácter al mismo tiempo local y universal de las diversas culturas regionales brasileñas es el leitmotiv de Grupo Corpo, que presenta las coreografías Parabelo y Onqotô en el contexto de la versión 37 del Festival Internacional Cervantino (FIC).

Considerado desde hace más de 30 años una de las compañías más relevantes de la escena dancística contemporánea de su país, Corpo trae a México dos creaciones recientes en las que exalta la identidad, las costumbres y los rasgos de Brasil.

En entrevista telefónica, el director artístico y coreógrafo de la compañía, Rodrigo Pederneiras (Belo Horizonte, 1955), explica cómo los bailarines han logrado traducir al lenguaje de la danza algunas de las prácticas culturales más intimistas de varias provincias.

Un buen ejemplo es la obra Parabelo, que busca ser una especie de homenaje al sertão, zona pobre y árida del noroeste de Brasil que sin embargo destaca por tener un arte lleno de alegría y colorido.

Con esa coreografía queremos hablar de la viveza, calidad y alegría de la gente de esta región, que pese a tener una vida tan difícil, tiene una forma de manifestación cultural tan bonita, indica Perderneiras.

Este montaje, el número 27 en el repertorio de Corpo, es quizás una de sus creaciones más brasileñas, pues fusiona elementos muy locales tanto del sertão como de las provincias de Minas Gerais y Bahía con danza moderna, jazz y ritmos de clara influencia africana, y música a cargo de Tom Zé y José Miguel Wisnik.

Por su parte, Onqotô es una propuesta que rinde tributo a la pasión con la que se vive el futbol en Brasil, que surgió cuando el dramaturgo Nelson Rodrigues dijo en tono de broma que el clásico carioca entre los equipos Flamengo y Fluminense (el Fla-Flu) ya existía 40 minutos antes de la nada.

El soplo divino del futbol, previo al Big Bang y otras minucias de ese tipo, sirve de pretexto a Grupo Corpo para reflexionar sobre la creación del universo y la sensación de pequeñez que muchas veces experimentamos al pensar en la magnitud de lo que está afuera, más allá del cielo.

Con música original de Caetano Veloso y Miguel Wisnik, Onqotô tiene la particularidad de incluir movimientos de piso, con los que los bailarines parecen ser tragados de repente por una fuerza de gravedad invisible, como si fueran inexorablemente atraídos por la Madre Tierra.

Discurso y técnica sólidos

Pederneiras subraya que el Grupo Corpo ha alcanzado ya una técnica y un discurso sólidos, basados en gran medida en la reinterpretación de las danzas y ritmos populares de Brasil, y también en la discusión colectiva de cada montaje.

Mediante lo que calificó de danza pura, en la que la labor y el talento del bailarín predominan sobre otros elementos de la puesta en escena, es como la compañía se ha afianzado en el gusto del público durante más de 30 años. Las cosas consistentes se hacen despacio, con tranquilidad, señala el coreógrafo.

Grupo Corpo, que ya había acudido en dos ocasiones previas al FIC, se presentó ayer y lo hará este viernes y mañana sábado en el Auditorio del Estado. Después actuará los días 20 y 21 en el DF, en el Teatro de la Ciudad (Donceles 36, Centro Histórico).