En México, la ciencia debe colaborar no sólo en la acumulación de conocimiento, sino además encontrar la forma de garantizar que éste beneficie a toda la población y no sólo a un sector, como sucede en la actualidad, advirtió Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

Así respondió a los discursos críticos que se presentaron en el segundo día de trabajos del Coloquio Internacional Ciencia, Técnica y Filosofía, organizado por la Universiad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la AMC, en el que se planteó la pertinencia de poner límites a la investigación científica.

La presidenta de la AMC consideró que el objetivo es evitar que se repitan hechos lamentables como los experimentos efectuados por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, los cuales muestran cómo no todas las preguntas científicas son válidas.

Ante académicos y alumnos de las facultades de Ciencias y Filosofía y Letras de la UNAM, reunidos en el auditorio Galileo Galilei de la AMC, Ruiz Gutiérrez puntualizó que si bien el tema debe discutirse, es necesario determinar quiénes plantearán los límites a la ciencia y en qué términos.

Sin dejar de lado una visión crítica, la cual, dijo, es fundamental, consideró que se debe impulsar la ciencia, pues existen correlaciones estudiadas entre el bienestar social y el apoyo a la investigación científica y tecnológica.

Elemento dinámico

Andoni Ibarra, filósofo de la ciencia de la Universidad del País Vasco, dictó la conferencia magistral ¿Hay un lugar para la filosofía en el desarrollo actual de la ciencia?

Destacó que la filosofía debe actuar como un elemento dinámico que impulse nuevas posibilidades conceptuales dentro de los paradigmas científicos, al tiempo que ayude a establecer comunicación entre ellos.

Marcelino Cereijido Mattioli, profesor emérito del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, abrió el debate de la mesa redonda Atisbos a la modernidad, al manifestar que en México no existe una cultura compatible con la ciencia, debido principalmente al extendido analfabetismo científico que alcanza a especialistas, líderes intelectuales y divulgadores.

Señaló que en México, al igual que otros países del tercer mundo, se ignora que en el orbe nada escapa a la ciencia moderna y la tecnología avanzada.

Afirmó que las naciones en desarrollo actúan como seres incapaces de interpretar la realidad en la que se necesita sobrevivir. Actúan como un mosquito que no pudiera distinguir entre picar a una persona o picar a una estatua de mármol.

Dijo que una muestra del analfabetismo científico en nuestra sociedad es que se habla de apoyar la ciencia, mientras los países desarrollados se apoyan en la ciencia.

Por último, el especialista en fisiología biofísica y neurociencias reclamó a los filósofos no aclarar a los gobernantes que no hay dos ciencias, la básica y la aplicada, sino sólo conocimiento de los fenómenos y aplicación de ese saber.

Ramón Peralta y Fabi, director de la Facultad de Ciencias de la UNAM, abordó el tema Las ciencias naturales y la filosofía: ¿(des)encuentro?, y definió a las ciencias naturales como el conjunto de estrategias para hacer inteligible al mundo, mientras la filosofía es el intento por organizar el conocimiento, y ambas tienen puntos de convergencia.

El físico, miembro de la AMC, explicó que existe un problema de comunicación entre dichas áreas, debido a que cada gremio construye su propio lenguaje, lo que termina por separar a los filósofos de los científicos, y aunque estos últimos consideran que hablan de manera concreta, existen muchos conceptos, como masa, tiempo, espacio o vida, que no están bien definidos.

Peralta y Fabi coincidió con Marcelino Cereijido en que en la filosofía la religión es un tema de estudio, mientras que para la ciencia es irrelevante.

Destacó la necesidad de hacer un cambio en la educación del país, aplicando el principio del conocimiento fundamental, en el que cada mexicano conozca, por lo menos, las 10 ideas fundamentales de cada disciplina científica.

En el coloquio internacional participó también Raquel Serur Smeke, catedrática de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, quien abordó el tema Desde la literatura fantástica moderna, y reflexionó sobre la idea de que la literatura se adelanta a la ciencia al crear mundos virtuales.