El agradecimiento de Rafael Herrerías a La Jornada
l jueves pasado, frente a la entrada principal de la Plaza México, en un amplio salón que en temporada gran
A reserva de ofrecer mañana al lector la crónica de tan interesante acto, quisiera destinar este espacio a comentar el insólito agradecimiento que el doctor Rafael Herrerías Olea, empresario de esa plaza desde hace 16 años, hizo a… ¡La Jornada!, único medio periodístico escrito que, por lo menos desde hace 12 años, ha sido su crítico constante.
En una breve intervención, el también veterinario zootecnista y ganadero de reses bravas había expresado su agradecimiento a su familia, al propietario de la plaza, a las porras, a los patrocinadores, a algunos empresarios enemigos; a novilleros, matadores, subalternos, ganaderos, escuelas taurinas; a sus colaboradores más cercanos, y a los medios de comunicación, y fue entonces cuando precisó: “incluida La Jornada, que también habla de toros”.
Esta mención específica hecha por Herrerías, en tono de sutil reclamo, no ocultó un dejo de valoración respecto de algunos de los incontables señalamientos que en la sección Toros se le han hecho a tan singular promotor, quien así como seduce o agrede, convence o impone, da servicio o la espalda a las expectativas de una afición cada día menos identificada con el fenómeno taurino.
Si bien en esos dieciséis años no ha sido la organización de novilladas y la búsqueda metódica apoyada en el seguimiento puntual y en la repetición de aquellos prospectos con madera lo que ha distinguido a la empresa de la México, en la temporada grande Rafael Herrerías suele reivindicarse mediante la contratación de figuras españolas y de varios de los diestros nacionales destacados.
Pero el agradecimiento público del empresario taurino a La Jornada y frente a los representantes de todos los medios, anuentes, si no es que incondicionales e incluso zalameros con el desempeño de aquél, revela más que su disposición a modificar criterios (se queja de tener cien consejeros taurinos a los que no les pide opinión): madurez para escuchar voces incómodas o francamente contrarias a su manera de ver, entender y hacer fiesta, e incluso invitarlas a la presentación de sus carteles, no con animosidad, sino con respeto.
En correspondencia al agradecimiento de Rafael Herrerías a La Jornada, puedo decirle, en nombre propio y de mis compañeros de página –José Cueli y Lumbrera Chico–, que el compromiso de este periódico con la inteligencia y los derechos de sus lectores es invariable y que, en la medida que su desempeño como empresario taurino lo amerite, seremos los primeros en reconocer y valorar sus acciones.
¡Que haya mucha suerte!