Las incursiones militares en Latinoamérica, encabezadas por Estados Unidos, pretenden, de fondo, que Washington se apodere de los recursos naturales de la región (hierro, cobre, uranio, cobalto, trigo, agua y, por supuesto, petróleo), para beneficio de la hegemonía capitalista, aseguró John Saxe-Fernández, doctor en estudios latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En coincidencia con el articulista de La Jornada, la doctora Ana Esther Ceceña, directora del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica, señaló que la situación actual en esa zona del hemisferio es preocupante y gravísima, porque la intención de la potencia estadunidense es “ocupar todo el continente americano y disponer de sus riquezas naturales, mediante la introducción de grupos de mercenarios que generen ‘zonas grises’ en las fronteras de los países latinoamericanos”, pues de esa manera Washington justifica su intervencionismo militar. 

En la misma sintonía que los expertos anteriores estuvo el general disidente José Francisco Gallardo, uno de los aspirantes a presidir la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, quien refirió que así como ocurrió hace una década con el llamado Plan Colombia, hoy la denominada Iniciativa Mérida no es más que un intento de ocupación de nuestro territorio de parte de las tropas estadunidenses, utilizando el disfraz de una supuesta coadyuvancia para combatir al narcotráfico. Y para ello se valen de grupos paramilitares.

Los tres participaron la noche del pasado lunes en el foro académico Las bases militares y la militarización estadunidense de América Latina, organizado por La Jornada y Casa Lamm.

En su ponencia, Saxe-Fernández llamó hipócrita al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, por negar que las incursiones militares en Latinoamérica sean un acto de intervencionismo de ese régimen hegemónico; pero sobre todo, le puso ese calificativo ante las declaraciones del mandatario, quien hace poco dijo que aquellos líderes políticos que critican el despliegue mundial de las siete flotas navales estadunidenses no son más que demagogos que utilizan la retórica antiyanqui.

El especialista agregó que las fuerzas armadas de Estados Unidos son proclives a apoyar golpes militares en los países del hemisferio y a intervenir en naciones con problemas sociales, principalmente cuando los conflictos ponen en riesgo la viabilidad de la hegemonía estadunidense respecto de la explotación de los recursos naturales que posee Latinoamérica y que benefician a Washington.

“Estados Unidos está mandando a Afganistán cuerpos militares especiales de Colombia (que fueron asignados hace una década para combatir al narcotráfico). Pero en el fondo, Estados Unidos lo que busca es que Afganistán, México y Latinoamérica entera se parezcan cada vez más a Colombia… los acusa de ser cuna de narcotraficantes para poder intervenirlos en el momento que lo desee”, destacó Saxe-Fernández.

Los tres expertos coincidieron en señalar que no vivimos tiempos para documentar el optimismo, pues la soberanía de las naciones latinoamericanas está en riesgo ante la carnicería estadunidense, cada vez mas descarada, que busca ocupar todo el continente americano, fenómeno geopolítico que el intelectual y humanista dominicano Juan Bosch (1909-2001) denominó en la década pasada como el pentagonismo.