Afirma que resultarán inefectivas las medidas acordadas en la cumbre de Pittsburgh
Domingo 27 de septiembre de 2009, p. 27
El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz afirmó que las promesas sobre una nueva era de cooperación económica internacional para terminar con los desequilibrios, acordados en la reunión del G-20, fueron sobrepromocionadas
por los líderes de las naciones industrializadas y resultarán inefectivas
.
Tras la cumbre realizada este fin de semana en Pittsburgh, el G-20 acordó trabajar hacia una economía global más fuerte y balanceada, años después de que los legisladores estadunidenses culparon a China por ahorrar en lugar de gastar los frutos de su potencial exportación, dejando en manos de los consumidores estadunidenses la tarea de endeudarse y gastar, a fin de mantener en movimiento la economía global.
En el comunicado de la cumbre se describe como una serie de compromisos para trabajar juntos y evaluar cómo nuestras políticas funcionan, analizar si hay una consistencia colectiva hacia un crecimiento balanceado y sostenido y actuar conforme sea necesario para alcanzar los objetivos comunes
.
El acuerdo también prometió un nuevo rol para reformar el Fondo Monetario Internacional que ayude a conducir hacia un análisis balanceado de las políticas económicas, prometiendo dar mayor voz a las potencias emergentes como China. China comienza a consolidarse y tomar su lugar legítimo. Después de 60 años la era poscolonial en el mundo comienza a desaparecer
, dijo Stiglitz.
Señaló que las naciones de occidente requerirán concesiones que vayan más lejos, pero dio la bienvenida al acuerdo logrado en la cumbre de Pittsburgh, en el que se acordó desplazar al grupo de las ocho naciones más ricas (G-8) como el principal foro de la economía mundial, para dar paso al G-20, que incluye también a los países en desarrollo. El economista consideró que ese movimiento es el primer paso en lo que será un progreso muy lento hacia una nueva arquitectura financiera
.
Por otro lado, analistas advirtieron que al acuerdo hacia un nuevo orden de la economía mundial, acordado en Pittburgh le esperan meses de negociación y comunicación con los mercados que pondrán a prueba su credibilidad como el mayor foro mundial para la cooperación económica.
Si bien los miembros del G-8 aceptaron la inevitable disolución del poder económico mundial, provocada por la rápida industrialización de los países en desarrollo, analistas consideran que el tamaño y diversidad del grupo podría volver más complicada la coordinación de políticas.