No comentaré las idioteces
de Roberto Micheletti: Lula
Sábado 26 de septiembre de 2009, p. 20
Nueva York, 25 de septiembre. El Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) condenó hoy los actos de intimidación
del gobierno de facto de Honduras contra la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde se encuentra en calidad de huésped
el presidente constitucional Manuel Zelaya, y exigió a los golpistas cesar el acoso
y asegurar la inviolabilidad
de la misión.
Mientras, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, desestimó las críticas de Roberto Micheletti sobre sus gestiones en favor de la reinstalación en el poder de Zelaya. No voy a comentar las idioteces de un golpista
, señaló en un encuentro con periodistas al término de la reunión del Grupo de los 20 en Pittsburgh.
Tras una reunión del organismo para tratar el caso a petición del canciller de Brasil, Celso Amorim, que demandó protección para la embajada de su país, el Consejo de Seguridad llamó al gobierno golpista de Micheletti a que garantice la seguridad de todos
en la legación y restablezca totalmente el suministro de los servicios de agua, electricidad, comunicaciones y alimentos.
En una declaración leída por la embajadora estadunidense ante la ONU, Susan Rice, quien preside el Consejo de Seguridad, ésta instó también a todas las partes del conflicto político hondureño a que se mantengan en calma
.
En su intervención, Amorim denunció que la embajada ha estado virtualmente sitiada
desde el lunes cuando Zelaya fue recibido, en alusión al cerco militar que mantienen el ejército y la policía.
Aseveró que con esto Micheletti está violando la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas y que amenaza a la paz y seguridad
de la región.
El gobierno de Brasil está muy preocupado de que la misma gente que perpetró el golpe de Estado en Honduras puede atentar contra la inviolabilidad de la embajada para detener por la fuerza al presidente Zelaya
, añadió.
Dijo que entre los actos de acoso e intimidación está el corte de servicios vitales, equipos de agresión sonora y obstáculos a la libre circulación de personas y víveres.
La denuncia de Brasil sigue a una acusación del régimen hondureño de facto, que Zelaya y seguidores siguen formulando llamados a la insurrección
desde la embajada brasileña, que han desembocado en actos vandálicos.
Responsabilizó asimismo a Brasil de la seguridad del mandatario y reclamó el cese inmediato de su intervención
en esta crisis.
Por lo demás, el Consejo de Seguridad se limitó a expresar su apoyo a los esfuerzos de mediación regional de la Organización de Estados Americanos (OEA), incluidos los realizados por el presidente (costarricense) Óscar Arias para una solución pacífica
.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, se declaró optimista
al comentar el propósito de instalar en breve una comisión negociadora con la dictadura de Micheletti, quien habría aceptado conversar con el organismo regional con base en el Acuerdo de San José. Dijo que se buscaría una acuerdo de unidad y celebrar elecciones.
Trabajo de los cancilleres de la OEA: Arias
Pero Arias declaró que no planea ir a Honduras en estos momentos
, y que también le sugirió al ex presidente estadunidense Jimmy Carter que no vaya, como quiere Micheletti, luego de que éste dijo que la misión de la OEA debe posponer su visita a Tegucigalpa. Por el contrario, Arias afirmó que el trabajo previo deben hacerlo los cancilleres de la OEA.
En tanto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó enérgicamente
los operativos policiaco-militares del régimen de facto hondureño en el área de la embajada de Brasil y le urgió a respetar los derechos humanos.
En Ginebra, los países de América Latina y el Caribe pidieron a la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos en Honduras, Navanethem Pillay, recabe información sobre las violaciones a los derechos humanos en el país centroamericano.
La canciller del mandatario Manuel Zelaya, Patricia Rodas, pidió a la comunidad internacional y a los mediadores de la OEA y de Costa Rica que vayan más allá de sentar a la mesa al régimen de facto y que establezcan acciones más operativas
como poner una serie de ultimátum con plazos para llegar a un acuerdo, y que tiene que ser la restitución inmediata del presidente.