El Museo Nacional de Antropología, que alberga más de 3 mil años de la historia de México, considerado emblema del país y uno de los más visitados del mundo, cumple 45 años, y para celebrarlo ayer se inauguró una exposición fotográfica que da cuenta de su construcción y montaje.

La muestra Museo Nacional de Antropología 1964-2009: el pasado y el presente en tus manos y repasa los 19 meses de trabajo de un amplio equipo multidisciplinario de investigadores y artistas, encabezado por el escritor Jaime Torres Bodet, entonces titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Esta exposición, integrada por 70 fotografías, algunas obras originales, textos de la época y tres videos, fue inaugurada por el titular de la SEP, Alonso Lujambio, en presencia del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, su diseñador, y de funcionarios como Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y Alfonso de Maria y Campos, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

En el vestíbulo del auditorio Jaime Torres Bodet, ante el mural La serpiente y el jaguar, de Rufino Tamayo, Lujambio dijo que el museo es un referente nacional e internacional, porque está en la base de la identidad mexicana, y destacó el diseño de su edificio como uno de los modelos arquitectónicos de importancia mundial.

Destacó que en la historia reciente del país pocos hechos han sido tan significativos para el fomento a la cultura y la integración nacional como la inauguración del museo, la cual sucedió el 17 de septiembre de 1964, durante la gestión del presidente Adolfo López Mateos.

Aseguró Lujambio que en 2008 y lo que va de 2009 han visitado el museo 2 millones 800 personas, de las cuales un millón 100 mil (39 por ciento) son estudiantes de educación básica.

Durante la intervención del responsable de la política educativa del país, un sector del público mostró asombro en dos ocasiones: cuando el funcionario se refirió al reconocido arqueólogo Román Piña Chan como Román Piñán Chan y cuando mencionó a los destacados artistas y hermanos Jorge (en realidad José) y Tomás Chávez Morado, creadores de la monumental columna de bronce que sostiene El paraguas del patio central.

Lujambio también afirmó que con la educación de calidad que impulsa el presidente Felipe Calderón estamos avanzando y que el futuro se construye con más y mejor educación.

Un tanto cansado y ya de salida, en su silla de ruedas, Ramírez Vázquez sólo manifestó a la prensa que, a 45 años de distancia, veía este edificio como a cualquiera de las obras que le han sido útiles a México, con el mismo cariño con que he trabajado siempre.

Sin embargo, en uno de los videos de la exposición, Ramírez Vázquez recuerda por ejemplo, en torno a las influencias prehispánicas del edificio del museo, que en el patio aparece muy claramente la influencia maya: la planta baja totalmente libre de todo tipo de textura, sólo los accesos a cada sala.

Además de las centenares de piezas de las diversas culturas mesoamericanas (olmecas, mayas, teotihuacanos, totonacos, zapotecas, mexicas) exhibidas en el museo, como la Piedra del sol, la Estela de Izapa o varias cabezas olmecas, también pueden apreciarse obras de artistas contemporáneos, como Miguel Covarrubias, Arturo Estrada, Manuel Felguérez, Adolfo Mexiac, Alfredo Zalce, Raúl Anguiano, Carlos Mérida, Pablo O’Higgins o Leonora Carrington.

En una información del INAH, se recordó que el origen del museo se remonta a 1825, con la fundación del Museo Nacional de México, ubicado en la sede de la Real y Pontificia Universidad de México.

En 1866 se trasladó a la calle de Moneda con el nombre de Museo Público de Historia Natural, Arqueología e Historia. En 1909 dejó de albergar las colecciones de historia natural y fue rebautizado como Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía.

En 1939, al integrarse el museo al INAH y con la creación del Nacional de Historia (en el Castillo de Chapultepec), el recinto adquirió su denominación actual: Museo Nacional de Antropología.