El jefe del Ejecutivo, dedicado al documento que leerá mañana
Martes 1º de septiembre de 2009, p. 7
Cuatro días después de que diputados priístas informaron que Felipe Calderón había cambiado para el 2 de septiembre la ceremonia de su tercer Informe de gobierno en Palacio Nacional, la Presidencia de la República hizo oficial esta fecha y precisó que el horario será a las nueve de la mañana.
Luego de que legisladores del PRI se habían inconformado, porque Calderón pretendía adelantarse a la entrega del Informe por escrito y dar hoy un mensaje a las 9:00 horas, el viernes pasado la Secretaría de Gobernación dio a conocer el aplazamiento del acto, sin precisar la fecha posterior.
Apenas ayer funcionarios de Los Pinos confirmaron la nueva fecha y explicaron que no tenían previsto mandar a reimprimir las cientos de invitaciones que ya se habían comenzado a repartir desde el miércoles pasado, y que en lugar de ello harían llegar una fe de erratas vía telefónica o por Internet.
Reunido con integrantes de su gabinete y de su llamado equipo Pinos
, Calderón revisó ayer los detalles finales para la entrega del documento que, por segunda ocasión, será responsabilidad de titular de la Secretaría de Gobernación,que ahora encabeza Fernando Gómez Mont.
Al cancelarse el ritual del llamado día del Presidente
en el Palacio Legislativo, el jefe del Ejecutivo hoy no tendrá apariciones públicas y, como ha ocurrido desde el jueves pasado, desahogará una agenda de reuniones privadas para ultimar los detalles del discurso que leerá mañana en el patio central de Palacio Nacional ante sus invitados, la mayoría funcionarios de dependencias gubernamentales.
Aun así, el mandatario mantuvo presencia en los medios de comunicación mediante una nueva cápsula televisiva que fue transmitida anoche, propaganda que fue combinada con llamadas telefónicas para promocionar el Informe.
En varios hogares, los mexicanos que levantaron la bocina pudieron escuchar la voz del Presidente exaltando sus logros en la primera mitad de su administración, en llamadas que provenían de call centers ubicados posiblemente fuera de la ciudad de México o incluso del país, ya que en los identificadores de llamadas aparecía la leyenda en inglés “out of area”, o sea, fuera de área.
Aunque se solicitó información, la Presidencia no pudo aclarar el nombre de la empresa contratada, el número de llamadas que se harán con este motivo ni su costo.