La historiadora Patricia Galeana aseguró que las recientes reformas a los libros de texto gratuitos sólo revelan que la enseñanza de la historia en México ha estado sujeta a los caprichos de los partidos y los políticos en el poder, por lo que es urgente que el Legislativo fije límites para evitar esos bandazos arbitrarios, pues no es por no creer en Dios porque los alumnos caen en las drogas, sino por la falta de ubicación en su propio momento histórico.

Destacó que gracias a esos cambios a modo se ha observado el avance de las ideas ultramontanas, de la reacción.

En entrevista con La Jornada, la ex directora del Archivo General de la Nación manifestó que es prioritario “acabar con esta situación. No puede ser que cada vez que haya un cambio de partido quieran cambiar la historia… Ahora se dice: ‘antes eran las mentiras del PRI y ahora las del PAN’, lo cual ha conducido a un resultado negativo en cuanto a la formación de nuevas generaciones en el conocimiento y aprecio por su historia.

Nadie quiere lo que no conoce, en este caso, a su país, y las actuales generaciones están totalmente desubicadas. No sienten una ubicación en el momento histórico que les ha tocado vivir.

Galeana afirmó que las recientes reformas educativas están acabando con la formación social y humanística de las nuevas generaciones al reducir los tiempos de estudio de materias fundamentales como ésta. Por ejemplo, señaló que la Reforma Integral de la Educación Secundaria emprendida por el gobierno de Vicente Fox, eliminó la materia de historia en el primer año, además de que en el programa de estudios desapareció la enseñanza de las culturas prehispánicas.

Ahora, con la Reforma Integral de la Educación Básica se mutilan partes importantes –la Conquista y la Colonia– del libro de sexto de primaria, lo cual va en detrimento de la comprensión de la realidad social e histórica de los alumnos.

Lamentablemente, agregó, la política siempre se ha servido de la historia y están tratando de cambiarnos la historia con un fin totalmente político. Los héroes del gobierno son los antihéroes de antes: se ha ensalzado el porfirismo en contra del movimiento insurgente.

Subrayó que el proceso de desjuarización empezó cuando en Nuevo León quitaron a Juárez del pedestal y pusieron al arcángel San Gabriel.

Galeana destacó que el Poder Legislativo debe tomar cartas en el asunto y establecer una institucionalidad con el propósito de evitar que la enseñanza de la historia esté sujeta a caprichos políticos.

Propuso que sean instituciones especializadas, como la Universidad Nacional Autónoma de México, no personas a título personal, las que avalen los programas de estudio y los libros, porque hay consejos conformados a modo por intelectuales orgánicos que sirven ideológicamente al régimen y no hacen su trabajo.

Manifestó que los errores en el libro de historia para sexto grado son graves, e insistió en que sean las instituciones que se dedican a la investigación las que den el aval a los textos.

Recordó que hace un año, en el contexto de la primera reunión de la comisión para los festejos del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución con los congresos de todo el país, se hizo un llamado a la Secretaría de Educación Pública para que restableciera la materia de historia en primer año de secundaria, y un director general de la administración de Josefina Vázquez Mota respondió igual que se dice ahora: que no se lleva en primero, pero sí en segundo; que no se llevan culturas indígenas, pero que ya se llevaron en primaria.

En mayo pasado se presentó un exhorto similar a Lujambio y ni siquiera ha habido respuesta.