eí con asombro los despachos cablegráficos de fin de semana sobre la política interna de Estados Unidos, donde es evidente un desgaste sistemático de la influencia del Presidente Barack Obama. Su sorprendente triunfo electoral no habría sido posible sin la profunda crisis política y económica de ese país. Los soldados norteamericanos muertos o heridos en Iraq, el escándalo de las torturas y las cárceles secretas, las pérdidas de vivienda y empleos, habían sacudido a la sociedad norteamericana. La crisis económica se extendía por el mundo incrementando la pobreza y el hambre en los países del Tercer Mundo.
Tales circunstancias hicieron posible la postulación y posterior elección de Obama en una sociedad tradicionalmente racista. No menos del 90% de la población negra, discriminada y pobre, la mayoría de los votantes de origen latinoamericano y una amplia minoría blanca de clase media y obrera, especialmente los jóvenes, votaron por él.
Era lógico que entre los norteamericanos que lo apoyaron se despertaran muchas esperanzas. Transcurridos ocho años de aventurerismo, demagogia y mentiras en los que murieron miles de soldados norteamericanos y casi un millón de iraquíes en una guerra de conquista por el petróleo de ese país musulmán que nada tenía que ver con el atroz ataque a las Torres Gemelas, el pueblo de Estados Unidos estaba hastiado y avergonzado.
No pocas personas de África y otras partes del mundo se entusiasmaron con la idea de que habría cambios en la política exterior de Estados Unidos.
Bastaba, sin embargo, un elemental conocimiento de la realidad para no caer en ilusiones respecto a un posible cambio político en Estados Unidos a partir de la elección del nuevo presidente.
Obama ciertamente se había opuesto a la guerra de Bush en Iraq antes que otros muchos en el Congreso de Estados Unidos. Conocía desde que era adolescente las humillaciones de la discriminación racial, e igual que muchos norteamericanos admiraba al gran luchador por los derechos civiles, Martin Luther King.
Obama nació, se educó, hizo política y tuvo éxito dentro del sistema capitalista imperial de Estados Unidos. No deseaba ni podía cambiar el sistema. Lo curioso es que, a pesar de eso, la extrema derecha lo odia por ser afroamericano y combate lo que el Presidente hace para mejorar la imagen deteriorada de ese país.
Ha sido capaz de comprender que Estados Unidos, con apenas el 4% de la población mundial, consume alrededor del 25% de la energía fósil y es el mayor emisor de gases contaminantes del mundo.
Bush, en sus desvaríos, no suscribió siquiera el Protocolo de Kyoto.
Obama se propone, a su vez, aplicar normas más rígidas a la evasión fiscal. Se informa por ejemplo que, de las 52 mil cuentas financieras de los ciudadanos de Estados Unidos en los bancos de Suiza, éstos suministrarán los datos de aproximadamente 4 500 sospechosos de evasión fiscal.
En Europa, hace pocas semanas, Obama se comprometió ante los países del G-8, especialmente Francia y Alemania, a poner fin al uso de los paraísos fiscales por parte de su país, para inyectar enormes cantidades de dólares norteamericanos en la economía mundial.
A casi 50 millones de ciudadanos que carecían de seguro médico les ofreció servicios de salud.
Al pueblo de Estados Unidos prometió lubricar el aparato productivo, frenar el creciente desempleo y volver al crecimiento.
A los 12 millones de inmigrantes hispanos ilegales les ofreció poner fin a las crueles redadas y al trato inhumano que reciben.
Hubo otras promesas que no enumero, ninguna de las cuales cuestiona el sistema de dominio capitalista imperialista.
La poderosa extrema derecha no se resigna a medida alguna que en grado mínimo disminuya sus prerrogativas.
Me limitaré solo a referir con palabras textuales informaciones procedentes de Estados Unidos que en los últimos días han estado llegando, tomadas de las agencias noticiosas y la prensa de Estados Unidos.
El 21 de agosto:
La confianza de los estadounidenses en el liderazgo del presidente Barack Obama ha disminuido sustancialmente, según una encuesta que publica hoy el diario The Washington Post.
“En medio de la creciente oposición a la reforma del sistema de salud, la encuesta telefónica realizada junto con la cadena ABC de televisión, del 13 al 17 de agosto entre 1.001 adultos, indica que… el 49 por ciento de los encuestados opina que Obama será capaz de llevar adelante mejoras significativas en el sistema de asistencia médica de EEUU, y esto es 20 puntos porcentuales menos que antes de que Obama iniciara su gestión presidencial.”
El 55 por ciento de los encuestados cree que la situación general de Estados Unidos va mal encaminada, comparado con el 48 por ciento en abril.
El enconado debate sobre la reforma de salud en Estados Unidos da muestras de un extremismo que preocupa a los expertos, quienes están alarmados por la presencia de hombres armados en reuniones populares, las pintadas de esvásticas y las imágenes de Hitler.
Los expertos en crímenes de odio recomiendan vigilar de cerca a estos extremistas, y si bien muchos demócratas se han quedado apabullados ante las protestas otros han optado por plantar cara directamente a sus conciudadanos.
“Una joven, que portaba una foto manipulada de Obama con un bigote al estilo Hitler, alimenta la teoría de que el mandatario crearía ‘paneles de la muerte’ que respaldarían la eutanasia de ancianos desahuciados…”
“…hay quien hace oídos sordos y opta por mensajes de odio y extremismo, que el ex agente de la Oficina Federal de Investigación (FBI) Brad Garrett observa alarmado.”
“‘Vivimos ciertamente tiempos que asustan’, dijo Garrett la semana pasada a la cadena ABC, y añadió que los servicios secretos ‘temen que a Obama pueda pasarle algo’.”
El lunes, sin ir más lejos, unas doce personas exhibían airosas sus armas fuera del centro de Convenciones de Phoenix (Arizona), donde el gobernante pronunciaba un discurso ante veteranos de guerra en el que defendió, entre otras cosas, su reforma médica.
“Otro hombre portaba una pistola con el rótulo ‘ha llegado el momento de regar el árbol de la libertad’, en alusión a la cita del presidente Thomas Jefferson (1801?1809) de que ‘la sangre de patriotas y tiranos’ debería de regar el árbol de la libertad.”
“Algunos mensajes han sido todavía más explícitos al desear ‘la muerte a Obama, a Michelle y a sus dos… niñas’.”
Esos incidentes demuestran que el odio ha irrumpido en la política estadounidense con más fuerza que nunca.
“‘Estamos hablando de gente que grita, que porta fotografías de Obama caracterizándolo como nazi (…) y que utiliza despectivamente el término socialista’, dijo a EFE Larry Berman (de la Universidad de California, escritor de 12 libros sobre la Presidencia de EE.UU.), quien atribuye parte de lo que está ocurriendo al legado latente del racismo.”
“Luego de que ‘The New York Times‘ reportara ayer que la CIA contrató en 2004 a Blackwater para tareas de planificación, entrenamiento y vigilancia, en la edición de hoy el diario aporta más detalles sobre las actividades encargadas a esa controvertida empresa de seguridad privada cuyo nombre actual es Xe.”
El rotativo señaló que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos reclutó agentes de Blackwater para poner bombas en aviones teledirigidos con el objetivo de matar a líderes de Al Qaeda.
“Según información facilitada por funcionarios del gobierno a ‘The New York Times‘, las operaciones se llevaron en bases situadas en Pakistán y Afganistán, donde la compañía privada montaba y colocaba en los aviones misiles Hellfire y bombas guiadas por láser.”
El actual director de la agencia, Leon Panetta, decidió en su momento, cancelar el programa y revelar en junio al Congreso la colaboración de Blackwater con la CIA.
La colaboración de Blackwater finalizó años antes de que Panetta asumiera la jefatura de la CIA, debido a que los mismos funcionarios de la agencia cuestionaron la conveniencia de que agentes externos participaran en un programa de asesinatos selectivos.
Blackwater fue la principal compañía de seguridad privada encargada de proteger a personal estadounidense en Iraq durante la administración de George W. Bush.
Sus tácticas agresivas fueron criticadas en diversas ocasiones. El caso más grave se dio en septiembre de 2007, cuando agentes de la empresa mataron a 17 civiles iraquíes.
“Ante las cifras récord de suicidios y la ola de depresión entre sus soldados, el ejército de Estados Unidos está preparando poco a poco formaciones especializadas destinadas a volver a sus militares ‘más resistentes’ al estrés emocional relacionado a situaciones de guerra.”
Día 22 de agosto:
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lanzó hoy una dura crítica a quienes se oponen a su plan para reformar el sistema de salud del país y los acusó de difundir falsedades y distorsiones.
Según ha señalado en sus discursos, el objetivo de la reforma del sistema de atención médica es frenar su vertiginoso costo y garantizar cobertura médica a casi 50 millones de estadounidenses que carecen de seguro.
“…’debería ser un debate honesto, no dominado por falsedades y distorsiones intencionadas difundidas por los que más se beneficiarían si las cosas se mantienen como están.’”
El Departamento de Estado norteamericano continúa financiando la Blackwater, la compañía privada de mercenarios a los que se involucró en asesinatos de líderes de Al Qaeda y que ahora se llama Xe Services, escribió hoy el diario The New York Times.
El gobernador del estado de Nueva York, David Paterson, aseguró el viernes que los medios de comunicación han utilizado estereotipos raciales en su cobertura de funcionarios negros como él mismo, el presidente Barack Obama y el gobernador de Massachussets, Deval Patrick.
La Casa Blanca calcula que el déficit presupuestario a lo largo de la próxima década será de 2 millones de millones de dólares más que los pronosticados hasta hace poco, un golpe demoledor para el presidente Barack Obama y sus planes de crear un sistema de salud público costeado en gran parte por el estado.
Los pronósticos a 10 años vista son muy volátiles y pueden variar con el tiempo. Empero, los nuevos números rojos en las finanzas públicas plantearán arduos problemas a Obama en el Congreso, y una enorme ansiedad entre los extranjeros que financian la deuda pública estadounidense, especialmente China. Casi todos los economistas los consideran insostenibles incluso con una devaluación masiva del dólar estadounidense.
Día 23 de agosto:
El principal militar a la cabeza del ejército estadounidense se mostró preocupado el domingo por la pérdida de apoyo popular en su país a la guerra en Afganistán, al tiempo que indicó que el país sigue siendo vulnerable a ataques de extremistas.
“‘Creo que la situación en Afganistán es grave y se está deteriorando, y yo he dicho que durante los últimos dos años la insurrección Talibán ha mejorado, se ha vuelto más especializada’, afirmó el jefe del comando conjunto de las fuerzas militares, Mike Mullen.”
”En una entrevista transmitida por la cadena NBC, Mullen no quiso especificar si será necesario enviar a más soldados.”
Poco más de 50% de los consultados en una encuesta del diario Washington Post y la cadena ABC, publicada en días recientes, expresaron que no vale la pena la guerra en Afganistán.
A finales de 2009, Estados Unidos tendrá tres veces más soldados que los 20.000 que estaban desplegados en Afganistán hace tres años.
La confusión reina en el seno de la sociedad norteamericana.
El próximo 11 de septiembre se cumplirán ocho años del fatídico 11-S. Ese mismo día advertimos en el acto de la Ciudad Deportiva que la guerra no sería el camino para poner fin al terrorismo.
La estrategia de retirar las tropas de Iraq y enviarlas a la guerra de Afganistán a luchar contra los talibanes, es un error. Allí se hundió la Unión Soviética. Los aliados europeos de Estados Unidos harán cada vez más resistencia a derramar en ese país la sangre de sus soldados.
La preocupación de Mullen sobre la popularidad de esa guerra no es infundada. Los que fraguaron el ataque del 11 de septiembre del 2001 a las Torres Gemelas fueron entrenados por Estados Unidos.
El Talibán es un movimiento nacionalista afgano que nada tuvo que ver con aquel hecho. La organización Al Qaeda, financiada por la CIA desde 1979 y utilizada contra la URSS en los años de la guerra fría, fue quien fraguó aquel ataque 22 años después.
Existen hechos oscuros que no han sido suficientemente esclarecidos todavía ante la opinión pública internacional.
Obama ha heredado de Bush esos problemas.
No albergo la menor duda de que la derecha racista hará todo lo posible por desgastarlo, obstaculizando su programa para sacarlo del juego por una u otra vía, al menor costo político posible.
¡Ojalá me equivoque!
Agosto 24 de 2009
5 y 15 p.m.