La Secretaría de Hacienda minimizó la caída anualizada de 10.3 por ciento del producto interno bruto (PIB) en el segundo trimestre del año y afirmó que, por el contrario, en México tocó fondo la crisis, inicia la recuperación.

La dependencia destacó que en el resultado económico influyó el periodo de asueto de Semana Santa, lo que provocó menos días laborables en el periodo, así como el efecto del aislamiento social aplicado por el brote de influenza en abril y mayo.

“Si analizamos la evolución del PIB en términos trimestrales y no anuales, se tiene que la variación real del PIB en el segundo trimestre de este año respecto al trimestre inmediato anterior, aunque negativa (–1.1 por ciento), fue significativamente menor a la variación registrada en el primer trimestre de 2009 (–5.8 por ciento) y a la del cuarto trimestre de 2008 (-2.4 por ciento)”, afirmó Hacienda.

Pero en los hechos, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la caída del PIB en el segundo trimestre de 2009 es inferior a la registrada al cierre de 2004. Según el instituto, en el último trimestre de 2004 el valor del PIB (a precios de 2003) fue de 8 billones 128 mil 442 millones de pesos, mientras que entre abril y junio de este año se valoró en 8 billones 125 mil 591 millones de pesos.

También difieren de la posición de la Secretaría de Hacienda respecto de la interpretación de los resultados estadísticos los analistas del grupo financiero Invex, quienes ajustaron a la baja el crecimiento del PIB en 4 décimas de punto porcentual. Es decir, calculan que la contracción económica para todo 2009 será de 7.4 por ciento y no el 7 por ciento estimado. No sólo recortamos nuestra estimación porque la caída del segundo trimestre fue mayor a la que te-níamos prevista en un inicio. Al día de hoy hemos detectado también importantes riesgos asociados a la actividad del sector agrícola y ganadero (sector primario), mismo que ha sido perjudicado por la sequía que afecta gran parte del país.

También consideran otros impactos negativos en el desenvolvimiento económico, pues persisten fuertes riesgos a la baja asociados al consumo en bienes y servicios debido a la incapacidad de la economía para generar empleos. Asimismo, el crecimiento podría continuar afectado por la escasa capacidad productiva del sector petrolero. Habrá también que estar atentos a la evolución de temas relacionados con la recaudación fiscal y la generación de ingresos no petroleros para el país... Para 2010 estimamos un crecimiento de 2.7 por ciento, avance que respondería más a un ajuste estadístico en lugar de una verdadera reactivación de la actividad.

Optimismo desbordante

Sin embargo, Hacienda insistió en observar la situación de diferente manera. “Un análisis más profundo de la evolución de la actividad económica arroja ciertas señales de estabilidad, las cuales vemos ahora pero realmente pertenecen al segundo trimestre del año. Estamos a mediados del tercer trimestre y la información más reciente sobre empleo y demanda agregada –considerada en términos mensuales– muestran una recuperación, e incluso prevén crecimientos para la segunda mitad del año.

En términos anuales seguiremos viendo variaciones negativas, sobre todo en cuanto a actividad económica agregada, pero cada vez irán siendo más pequeñas.

Para fundamentar el optimismo oficial la dependencia citó otro argumento: Si pudiéramos eliminar el efecto que tuvo la influenza sobre nuestra actividad económica, es probable que la variación del PIB en términos trimestrales no hubiera sido negativa.