La restauración duró siete meses
esplendora 317 marionetas de la compañía Rosete Aranda
Jueves 25 de junio de 2009, p. 5
Más de 300 marionetas de la legendaria compañía de Rosete Aranda, elaboradas en madera de colorín hace casi dos siglos, fueron restauradas por expertos para rescatarlas del olvido
y recuperar la memoria
.
Así lo explicó el restaurador Sergio Arturo Montero, quien durante siete meses trabajó arduamente junto con especialistas de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRM) para volver a la vida
a 317 títeres que tienen una historia de olvido y permanencia en diversas épocas.
Las anécdotas se remontan a los años de 1835 a 1950, cuando se cree que fueron fabricadas esas marionetas. Después de presentarse en diversos escenarios y tras varias décadas en el olvido, los emblemáticos títeres fueron hallados hace tres años en pésimas condiciones de humedad y entre animales, como ratas e insectos, que los rondaban.
En los años 70 del siglo pasado, explicó Montero, ese inusitado acervo fue rescatado por una artista que deambulaba por la tradicional Lagunilla y descubrió que era malbaratado y, además, se encontraba en pésimas condiciones
.
Así, tras varios incidentes ocurridos con las más de 300 marionetas, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) las entregó a los expertos para que fueran renovadas y “mostrar al público sus características originales y el antiguo esplendor.
Es la primera vez que las instituciones se preocupan por esta colección de marionetas, que permaneció en el olvido durante tanto tiempo; ahora se debe enfatizar que todo este legado artístico podría formar parte del acervo de un museo que se proyecta para exhibir algunos de los más de 8 mil muñecos de Rosete Aranda
, dijo Sergio Arturo Montero.
Lavado y zurcido
Diversos personajes fueron emulados en madera de colorín: soldados, marineros, charros, toreros, monaguillos, calaveras y diablos, así como animales, entre los que figuran caballos y borregos, que además de su restauración fueron sometidos a un proceso de limpieza, lavado, zurcido y reposición de ropa; también se eliminaron adhesivos y repintes.
La intervención especializada fue minuciosa, porque había marionetas sin cabeza, piernas, manos o atavíos, los cuales fueron relaborados en su sentido original. También se dio mantemiento a las varillas de los soldados de 40 centímetros de altura, que servían como mecanismo para manejar una gran cantidad de muñecos, cuando se simulaba un desfile dentro de la función.
Alfonso de Maria y Campos, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, entregó las 317 marionetas a la titular del INBA, Teresa Vicencio, en ceremonia realizada en la ENCRM.
Vicencio dijo que la restauración de los 317 muñecos tuvo un costo de 600 mil pesos, aportados en partes iguales por el INBA y el INAH. En agosto se dará a conocer la investigación que hizo en relación con los títeres de Rosete Aranda.