Los actores y actrices se encuentran entre los trabajadores más desprotegidos del sector laboral mexicano: no cuentan con seguridad social, además, los sueldos son impuestos unilateralmente por quienes los contratan, no les pagan prestaciones, vacaciones ni aguinaldos.

Están atrapados por las condiciones que les imponen las televisoras o los empresarios de espectáculos, los cuales no están obligados a ofrecer seguridad social a quienes trabajan por días o por meses en teatros, foros y demás sitios.

Tal situación fue planteada por la actriz Norma Angélica en un foro organizado por el Centro Pro de Derechos Humanos, en el cual la también maestra de actuación, una de las pocas mexicanas que han laborado en el Cirque Du Soleil, señaló que si hay un sinnúmero de inseguridades en el mundo laboral para los trabajadores del arte, esta irregularidad se multiplica en los actores.

Indicó que en el ramo artístico los actores y actrices no tienen las mínimas garantías de empleo. Señaló que incluso a aquellos que no se quedan callados ante las injusticias y carencias de su profesión no les dan trabajo.

La representación sindical es inexistente; el empleo en las televisoras, además de esclavizante, es visto únicamente con el sentido de publicidad y rating, por lo que sólo se contrata a actrices por su fachada y no por su talento; además, quienes se contratan con una televisora quedan impedidos de trabajar en alguna otra y les condicionan incluso con qué empresas pueden trabajar.

Son castigados laboralmente los actores que se declaran independientes; los salarios son fijados de manera discrecional y unilateral por la parte patronal; no pueden organizarse de ninguna forma, porque son vetados, planteó la actriz.

Sostuvo que no está permitido por ningún motivo expresar la verdad del trato a los actores a ningún medio de comunicación sin recibir sanciones o represalias.

Se le puede llamar seguridad saber que si te enfermas no tendrás más que tus propios remedios, porque tendrás seguro de derechos médicos sindicales sólo si has cotizado casi 4 mil pesos trimestrales al sindicato, dijo, y planteó que en esta actividad no hay respeto a las jornadas laborales de ocho horas, ni días de descanso obligatorios, y lo peor, no hay trabajo”, concluyó.