La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) destacó ayer que el comercio irresponsable de armamento convencional es un elemento de desestabilización, un factor que alimenta las actividades del crimen organizado, atenta contra el estado de derecho y puede contribuir a la violación de derechos humanos y del derecho internacional humanitario.

Por ello, México busca, en un eventual tratado sobre comercio de armas, el establecimiento de obligaciones que prevengan las transferencias irresponsables, señaló el subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE, Juan Manuel Gómez Robledo, al inaugurar el Seminario Regional para los Países de América y el Caribe sobre un posible acuerdo en esta materia.

Ante delegados de 27 países de la región, puntualizó que en ese tratado también se busca el establecimiento de criterios objetivos, transparentes y no discriminatorios que otorguen certeza jurídica tanto a importadores como exportadores, y sobre todo, que eviten la desviación de armas al mercado ilícito.

El diplomático señaló que la base de un acuerdo de esta naturaleza tiene que ser el reconocimiento de la responsabilidad compartida que deben asumir todos los países, ya sean productores, compradores o intermediarios, así como las empresas fabricantes o comercializadoras, los organismos internacionales y la sociedad civil, sobre el impacto que las armas convencionales tienen en el mundo.

En su exposición, Gómez Robledo subrayó que la naturaleza del comercio de armamento hace necesaria una acción global, y agregó que el posible tratado sobre comercio de arsenales no deben solamente crear esquemas que permitan una mejor contención de tráfico ilícito, sino establecer nuevos paradigmas, incluyendo una perspectiva de derechos humanos que permita garantizar el comercio responsable.

Al tiempo que se realizaba el seminario bajo los auspicios de la Unión Europea y el Instituto de las Naciones Unidas de Investigación sobre el Desarme, a fin de promover entre los estados miembros de la ONU el proceso conducente al tratado mencionado, la Secretaría de Relaciones Exteriores informó que el embajador Pablo Macedo Riba fue designado presidente de la cuarta Reunión Bienal de Estados sobre la Aplicación del Programa de Acción de la ONU para prevenir, combatir y erradicar el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras en todos sus aspectos, que se realizará en 2010.

En conferencia de prensa, Macedo dijo que el tráfico de armamento es grave y tan sólo en México, desde el inicio de la presente administración, se han asegurado 57 mil armas.

Refirió que la posición de Estados Unidos sobre el control de arsenales me quita el sueño, pues ha sido un actor no participativo en este proceso y muchas veces bloqueador del mismo, por su legislación interna y ciertas asociaciones muy activas que promueven que no se luche contra ese tráfico.

No obstante manifestó su confianza en que la nueva administración estadunidense tenga una posición más positiva sobre el caso, teniendo en consideración los posicionamientos del presidente Barack Obama en los que se ha manifestado en favor del desarme, no sólo el convencional, sino también el nuclear.

Añadió que la industria productora de armas se ha manifestado reticente a los controles, como cualquier otra industria a la que se le quiera poner controles que le hagan perder mercado. Es uno de los obstáculos, pero también depende de qué tan influyente sea el gobierno en cuestión con respecto a su industria militar, para hacerles aceptar las obligaciones jurídicas que se puedan negociar en el contexto de la reunión bienal.

Por su lado, Andrew Wood, representante de la industria armamentaria del Reino Unido, dijo que este sector quiere ser parte del debate para la creación de un eventual tratado de comercio de armas, con el fin de que se encuentre un equilibrio entre los objetivos morales y los beneficios prácticos.

De manera paralela se realizó ayer en la cancillería una reunión preparatoria de la tercera Cumbre Regional sobre el Problema Mundial de las Drogas, Seguridad y Cooperación, donde se analiza la creación de mejores mecanismos de intercambio de información entre naciones para combatir el crimen.