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El rechazo, por pugna económica y dudas sobre sus funciones

Crean países de la ex URSS fuerzas de acción rápida; Bielorrusia y Uzbekistán se abstienen
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 15 de junio de 2009, p. 30

Moscú, 14 de junio. La creación de las fuerzas de reacción rápida de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC, alianza militar postsoviética que impulsa Rusia a imagen y semejanza del desaparecido Pacto de Varsovia) se formalizó aquí este domingo en medio de un escándalo que ensombreció la ceremonia de firma del respectivo acuerdo.

De último momento, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, canceló su viaje a Moscú en señal de protesta por lo que califica de abierta discriminación económica de su país por parte de Rusia y el presidente de Uzbekistán, Islam Karimov, no suscribió el documento al tener serias dudas sobre las funciones y competencia de las fuerzas de reacción rápida.

En otras palabras, dos de los siete miembros de la OTSC rompieron el consenso que, tras cuatro meses de intensas negociaciones diplomáticas, se alcanzó dos semanas antes, cuando se fijó fecha para la firma en esta capital.

La ausencia de Lukashenko pone de relieve el deterioro de su relación con el Kremlin, que viene gestándose desde que Moscú aumentó en 2007 el precio del gas ruso y que se agravó drásticamente el mes pasado al congelar Rusia un crédito de 500 millones de dólares a Bielorrusia.

Esto provocó un ataque de cólera de Lukashenko contra el ministro de Finanzas ruso, Aleksei Kudrin, al tiempo que exigió a los miembros del gobierno bielorruso no humillarse más y dejar de ir a Moscú con la mano extendida. Lukashenko señaló que el Kremlin le negó el préstamo porque rechazó reconocer la independencia de Osetia del sur y Abjazia.

Unos días después, Rusia prohibió la importación de mil 200 productos lácteos de Bielorrusia, bloqueando una de sus principales fuentes de exportación. El primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, aseguró el 11 de junio que el litigio comercial quedó resuelto, pero hasta el momento el mercado ruso sigue cerrado para los lácteos bielorrusos.

En este contexto, la víspera la oficina de prensa de Lukashenko emitió un duro comunicado: “La economía es la base de nuestra seguridad común. Pero, si el aliado más cercano a Bielorrusia en la OTSC intenta (…) destruir esta base y de hecho poner a los bielorrusos de rodillas, ¿cómo se puede hablar de consolidar la seguridad colectiva en el espacio de la OTSC?”, cuestiona en su parte medular.

Para Lukashenko, carece de sentido debatir asuntos de seguridad militar cuando está amenazada la seguridad económica de Bielorrusia, que sufre discriminación económica por parte de Rusia.

La abstención de Uzbekistán, en cambio, se debe a las reticencias de su presidente Karimov, quien pone como condición para participar en las fuerzas de reacción rápida que no se utilicen para resolver conflictos entre los países de la alianza y, sobre todo, que las decisiones sobre su empleo se tomen por consenso, y no por mayoría.

El presidente de Rusia, Dimitri Medvediev, trató de restar importancia a las fisuras que aparecieron en la OTSC y dejó la puerta abierta para que Bielorrusia y Uzbekistán, cuando terminen de sopesar si participan o no en las fuerzas de reacción rápida, se adhieran a las mismas.

A la vez, el titular del Kremlin no pudo ocultar su irritación por lo que llamó histeria lechera de Lukashenko, a quien acusó de politizar un litigio comercial y de convertir una cumbre multilateral en rehén de un problema bilateral.