Nueva York, 13 de junio. Rick Ross tuvo álbumes de gran éxito en los que rapeaba sobre vender crack, pero los reportes de que una vez trabajó como guardia penitenciario amenazaron con acabar con su carrera.

Para un rapero que cultiva la imagen de chico malo, el uniforme lo pone del lado equivocado de la ley.

Los raperos de Estados Unidos con frecuencia venden canciones sobre drogas y armas basadas en historias de la vida real. Pero, según los expertos, algunas de esas historias están quedando cada vez más al descubierto como cuestiones que apuntan a ayudarlos a construir exitosas carreras.

Algunas de las historias están fabricadas y algunas son reales, y lo que ellos están haciendo es mezclar ambas, dijo Devyne Stephens, ejecutivo de la industria musical. Cuando dices que disparaste y mataste a alguien y lo pones en un CD, nueve de cada diez veces en realidad no disparaste ni mataste a nadie, sostuvo.

Ross es un rapero barbudo y corpulento de Miami que hace alarde de una vida llena de dinero y regida por las drogas. Su nombre verdadero es William Leonard Roberts II, pero inspiró su denominación artística en un traficante de drogas.

El cantante quedó públicamente humillado cuando el año pasado aparecieron fotos suyas en el sitio Web The Smoking Gun con aspecto arreglado y uniforme de oficial penitenciario.

En un principio Ross negó su pasado. Luego lo admitió, pero sostuvo que sus historias de venta de drogas en las calles eran ciertas. Su tercer disco, editado en abril, fue un éxito, pese a todo.

De la calle a Saint Tropez

Stephens, quien ha trabajado con artistas como Mary J. Blige, Usher, Sean Diddy Combs y Nelly, dijo que en sus canciones muchos raperos mezclan líneas que no son literalmente ciertas, sino que se basan en experiencias reales o historias que han escuchado.

Asegura que probablemente 85 por ciento de los raperos embellecen las historias de sus canciones, y se refiere a la tendencia actual como música real que, como la televisión reality, es un término un poco equivocado.

Stephens ayudó a producir a otro exitoso rapero de Estados Unidos, Akon, quien ha tenido éxitos como Locked Up y Ghetto. Akon fue objeto de burlas el año pasado y estuvo acusado de inventar afirmaciones de pertenencia a un círculo de ladrones de automóviles, así como de haber cumplido una condena en prisión.

La nueva camada quiere emular el éxito de raperos convertidos en magnates como los ex vendedores de drogas neoyorquinos Jay-Z y 50 Cent, quienes grabaron discos basados en canciones que contaban su transformación, en la que pasaron de hacer negocios turbios a descorchar champaña.

Uno formula esa historia para hacerla tan interesante como la de Jay-Z, dijo Stephens, al describir el esbozo de una canción que dice soy un buscavidas, vengo de la nada y lo convertí en algo, y ahora estoy en un yate en Saint Tropez.

Jay-Z, casado con la súper estrella Beyonce Knowles, ahora es uno de los músicos más ricos del mundo. Según algunos reportes, firmó un contrato por 150 millones de dólares con la empresa promotora de conciertos Live Nation.

50 Cent, cuyo disco y película Get Rich or Die Tryin se basaron en su pasado como vendedor de crack que recibió nueve disparos, ahora dirige un imperio multimedia. Se embolsó cien millones de dólares cuando vendió sus acciones en Glaceau, creadora de Vitaminwater, a Coca-Cola, informó Forbes.

Ambos se alejan de esa imagen por momentos. Jay-Z ha hecho promoción de bicicletas junto al alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, y 50 Cent, recientemente, apareció junto a la animadora Bette Midler para promover parques y jardines.

Decisiones inteligentes

Gran parte de la imagen mafiosa es real entre muchos raperos arrestados por drogas y posesión de armas, incluido uno de los mejores raperos del momento, Lil Wayne, sobre quien pesan acusaciones por posesión de drogas y armas.

Otros, como el ex vendedor de estupefacientes, el adolescente TI, cambiaron su imagen después de haber pasado por la cárcel.

TI recientemente había empezado a cumplir una sentencia de un año por la posesión ilegal de una ametralladora, pero se le redujo su castigo al advertir a los jóvenes sobre los peligros de las drogas y las pandillas.

El rapero ganador del Grammy relató su servicio comunitario en la cadena MTV. Apareció en una marcha contra las armas en Nueva York en mayo con otro cantante de su estilo, Ja Rule, sobre quien actualmente pesan cargos por posesión de armas.

A los admiradores parece importarles menos si las letras de un rapero son exageradas en la medida en que la música sea buena, dijo Elliott Wilson, fundador de RapRadar.com.

El último disco de Ross, Deeper Than Rap, fue recibido con elogios y vendió 150 mil copias en su primera semana. La última placa de Akon, Freedom, vendió cientos de miles de unidades.

Puede ser que los raperos todavía critiquen la credibilidad de las canciones de otros, pero los admiradores saben que la música hip hop siempre ha sido parte aspiración y parte realidad, dijo Wilson.

El objetivo es ser exitoso con las probabilidades en tu contra. Se trata de contar historias; es arte, de modo que en él tiende a haber exageración, destacó Wilson.