Walter Kendall Myers, de 72 años, y su esposa Gwendolyn, de 71, se declararon inocentes
Tenían planeado viajar en velero al Caribe en el otoño sin fecha de regreso, argumenta el juez
Jueves 11 de junio de 2009, p. 29
Nueva York, 10 de junio. Un juez federal negó este miércoles la libertad bajo fianza a la pareja estadunidense acusada de haber espiado para Cuba durante casi 30 años, tras citar su manifiesta hostilidad
contra Estados Unidos y la supuesta admiración
que sienten por Cuba como razones para sospechar que ambos intentarían fugarse hacia la isla antes del inicio del juicio.
Walter Kendall Myers, ex alto funcionario del Departamento de Estado estadunidense, y su esposa Gwendolyn fueron presentados hoy ante un tribunal en Washington, donde el juez federal John Facciola negó la solicitud de ponerlos bajo arresto domiciliario y ordenó que ambos regresaran a la cárcel hasta su juicio.
La hostilidad de los acusados contra Estados Unidos y su admiración por Cuba está bien documentada
, afirmó el juez al señalar la evidencia presentada por los fiscales y la investigación de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) contra la pareja.
Por tanto, afirmó que hay poco que indique que no intentarían huir de la justicia de un país al cual parecen tener tan poca lealtad
. Además, dijo, para ponerlo claro, el caso presentado por el gobierno (contra ellos) parece, en este punto, ser insuperable
.
Los fiscales federales argumentaron ante el juez que los Myers habían hablado de su deseo de viajar un día a Cuba y vivir en su velero cerca de la isla.
El fiscal Gordon Harvey indicó que ambos acusados son marineros con experiencia, además de que son dueños de un velero de unos 10 metros, y que ya habían apuntado en su calendario la fecha de un viaje al Caribe en el otoño, sin ninguna fecha de regreso
.
Investigadores aseguran que encontraron mapas marítimos para aguas cubanas, un libro guía a Cuba y mucho más.
Si los Myers logran regresar a Cuba, serán un peligro real y presente para Estados Unidos
, argumentó Harvey. Serían recibidos como héroes allá. No regresarían
, afirmó, e indicó que Fidel Castro elogió, este fin de semana, las supuestas hazañas de los Myers (de hecho, Castro se burló de los argumentos del gobierno estadunidense y cuestionó los tiempos en que se presentaba este caso).
Además, los fiscales alertaron que los Myers viven a sólo minutos de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, y podrían intentar refugiarse ahí.
El gobierno estadunidense alega que los Myers habían entregado secretos oficiales a agentes cubanos a lo largo de los últimos 30 años. Fueron detenidos el viernes, después de ser sujetos a una operación clandestina de la FBI en donde divulgaron a lo que pensaban era un agente cubano información reciente y compartieron su larga historia de obrar en secreto para el gobierno de Cuba, según la acusación y documentos judiciales.
Fueron acusados de conspiración, fraude y actuar como agentes ilegales
del gobierno cubano. Podrían enfrentar cargos más serios, incluyendo el de espionaje.
Kendall Myers de 72 años de edad, y su esposa de 71, se declararon no culpables. Su abogado, Tom Green, solicitó que sus clientes fueran puestos bajo arresto domiciliario y monitoreados electrónicamente, y agregó que su velero podría ser incapacitado.
Aunque ambos, vestidos con uniformes de reo, estaban presentes hoy, ninguno habló ante el magistrado. Su próxima cita ante los tribunales es el 17 de junio.