Serio y sin ocultar el amargo sabor de la derrota en su regreso con el Tri, Javier Aguirre admitió que el equipo está muy jodido luego de perder con El Salvador (2-1), pero que no era motivo de lamentos a pesar de que está complicada la situación, aunque todavía hay tiempo para clasificar a la Copa del Mundo Sudáfrica 2010.

Cargando toda la responsabilidad del revés sufrido con la selección nacional seis horas antes en territorio salvadoreño, El Vasco ofreció una conferencia de prensa a su llegada en la terminal dos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) la madrugada del domingo.

Fue un partido más que se perdió, una oportunidad de sumar puntos. Hay preocupación, pero no estamos en el terreno de la gravedad, dijo el técnico, quien espera alcanzar la cifra mágica de 18 puntos, así lo han dicho las recientes eliminatorias mundialistas, aseveró.

El Tri está colocado en el penúltimo lugar del hexagonal de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Futbol (Concacaf) con tres unidades, detrás de Honduras, con cuatro; El Salvador, cinco; Estados Unidos, 10, y el líder Costa Rica, con una docena de puntos. Aguirre se mostró consciente de la situación por la que atraviesa el seleccionado mexicano, al estar en la cuerda floja por la falta de victorias.

–¿Está preocupado?

–Estoy ocupado en tener los arrestos suficientes para todo, ahora nos obligan a ganar los siguientes partidos en casa y no perder afuera, sacar algo, evidentemente que la derrota a cinco minutos del final no nos gusta nada.

El equipo está muy jodido, porque sin hacer un partido muy brillante, esa es la verdad, tampoco El Salvador fue superior a nosotros, comentó Aguirre.

Del juego en el estadio Cuscatlán, del bajo rendimiento y la falta de concentración que exhibieron algunos jugadores, así como la actuación del silbante tico Walter Quesada, el estratega explicó:

“Evidentemente no es un buen resultado, pero me da la sensación que fue injusto el marcador por lo que vi en el terreno de juego: hubo pocas llegadas de ambos equipos. No es justificación, pero no me escudo en el trabajo del arbitraje, de la suerte o lo que sea.

No creo que El Salvador haya hecho mayor mérito que nosotros; corrimos, tuvimos la pelota, lo intentamos, tampoco tuvimos mucha claridad ni ocasiones de gol. Me parece que lo más justo hubiera sido el empate, comentó.

“En nuestro presupuesto no entraba la derrota, ya el empate nos sabía poco, de hecho cuando hicimos el gol buscamos ir por el partido, teniendo la posibilidad de meter a (Alberto) Medina, entonces corrimos un riesgo calculado y una jugada desafortunada nos impidió sumar un punto, y ellos hicieron las dos anotaciones.

No hubo uno de mis jugadores que le pudiera reprochar en cuanto al esfuerzo. Hubo errores de individualidad, hay cosas que corregir, evidentemente, pero en espíritu, casta, en balones divididos, en correr y pelear siento que el equipo estuvo a la altura y me quedo satisfecho, dijo.

El Vasco argumentó: En cuanto a ritmo, de repente el campo no te permitía ser más veloz, fuimos más elaborados en la primera parte, aunque nos faltó más profundidad y la ganamos en el segundo periodo, tuvimos más tiempo la pelota, jugamos en campo salvadoreño y cuando mejor estábamos, más a gusto con el empate y con ganas de ganar, vino esa jugada desafortunada y nos privó por lo menos de un punto.

El seleccionador nacional mencionó que ahora cuesta ganar de visitante, no sólo a México. Ganó Costa Rica en Trinidad y Tobago, en Asia, Europa y Sudamérica es muy difícil triunfar fuera de casa y eso lo sabíamos, añadió.

Ahora, continuó el técnico, a superarse, a intentar dormir y estar el miércoles (ante Trinidad y Tobago, en el Azteca) otra vez con las pilas puestas, aunque no contará con el capitán Gerardo Torrado y Pável Pardo, por suspensión, por lo que podría convocar a dos jugadores o seguir con los 22.

Los que están más inquietos por seguir sumando derrotas son los directivos, manifestó Néstor de la Torre, director general de la comisión de selecciones nacionales, porque con el arribo de Aguirre y su equipo de trabajo las cosas comenzaron negativamente.

Los seleccionados jamás salieron por la puerta de llegadas internacionales, donde los esperaban ocho aficionados.