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Junten sus mejores garras porque habrá fiesta, les dijo un comandante en la prisión

Capturados, dos reos fugados del penal de Cieneguillas y ocho zetas, reporta SSP

Los internos que no formaban parte del cártel trabajan de sicarios, tenderos o halcones

 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de junio de 2009, p. 9

El 13 de mayo pasado, tres días antes de la fuga de 53 reos del penal de Cieneguillas, Zacatecas, los líderes de Los Zetas presos ahí avisaron a sus compañeros de cártel que juntaran sus mejores garras porque habría fiesta, reveló a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal uno de los dos prófugos recapturados en Hidalgo, señaló Luis Cárdenas Palomino, coordinador de Inteligencia para la Prevención.

En conferencia de prensa, el funcionario y uno de los reos recapturados dieron a conocer detalles de la fuga ocurrida el 16 de mayo. Después de salir del penal, apoyados por un grupo armado, los 53 presos y sus rescatadores recorrieron al menos 90 kilómetros en camionetas Suburban y pick-up, que llevaban con torretas encendidas e insignias falsas colocadas. Sin que nadie los detuviera lograron llegar a una bodega en el estado de San Luis Potosí.

Cárdenas Palomino señaló que el miércoles pasado agentes federales lograron detener, en el kilómetro 113 de la carretera México-Laredo, en el municipio de El Arenal, estado de Hidalgo, a Marcos Espinoza Muñoz y Osvaldo García Delgado, dos de los 53 reos que se fugaron del penal de Cieneguillas.

El arresto de estos individuos permitió realizar dos operativos: uno en un inmueble ubicado en el fraccionamiento Nuevo Actopan, en Hidalgo, y otro sobre la carretera Periférico Norte 1145, colonia Angostura del Saucito, en San Luis Potosí.

En esos inmuebles fueron detenidos José Marco Antonio Ramírez, José Manuel Moreno Moreno, Carlos Hernández Vitrago, dos menores de edad, y Gerardo Hernández Miranga, también integrantes de Los Zetas, cuya responsabilidad era informar al cártel sobre los movimientos de soldados o policías federales en las entradas de los municipios de Actopan, El Arenal, Pachuca e Ixmiquilpan, en Hidalgo.

La captura de los dos reos fugados del penal de Cieneguillas se dio como resultado de la investigación de campo que realiza la Policía Federal. En este contexto se dieron a conocer parte de las declaraciones que hizo uno de los prófugos a la SSP.

El detenido, del cual se reservó su identidad, señaló a las autoridades que en el penal de Cieneguillas había dos comandantes –es decir, líderes de Los Zetas– que controlaban al resto de internos, quienes fueron identificados como El Quique y El Dany, que tenían un mes de haber sido detenidos.

Supuestamente ellos llegaron para organizar la fuga, porque otro reo, conocido como Ochoa, se negó a hacerlo debido a que ya va a cumplir su sentencia.

“El día de la fuga estábamos todos dormidos, El Quique comenzó a tocarnos las puertas y nos gritó: ‘levántense, porque allí vienen los del pueblo’. Entonces agarramos palos de escoba, garrotes y lo que podíamos, y ya cuando estábamos todos, nos arrinconó El Dany. De repente entraron gentes armadas y un señor llegó y nos dijo: ‘el que se quede allí adentro le vamos a dar piso’.

“Nos empezaron a sacar, a dos custodios los metieron a una celda y los demás no hicieron nada. Los custodios los tenían aparte. Nos sacaron y subieron como de a 10 en cada camioneta Suburban y en las bateas de una que otra pick-up.

“Iban con las sirenas prendidas y calcomanías hasta el municipio de Salinas (a una hora de Cieneguillas). Y de allí salimos para San Luis Potosí, nos llevaron a una bodega y luego de cuatro o cinco días, los comandantes El Quique y El Ostión decidieron dividirnos en grupos y nos trasladaron a casas de seguridad. Luego de otros tres o cuatro días nos reunieron de nuevo y nos mandaron a distintas partes.

Los comandantes decían a dónde iba a ir cada quien, una vez que decidían quién podía irse de operativo (sicario) o tendero (quien vende cocaína y mariguana), y como halcones (vigilantes de caminos), manifestó el testigo.

Entre 25 y 30 prófugos decidieron convertirse en operativos y fueron enviados a Guanajuato, Puebla, Jalisco, Hidalgo y Sinaloa; otros se quedaron como tenderos o halcones en esas entidades, por lo que la SSP federal ya realiza operativos de búsqueda.

Uno de los detenidos afirmó que se dedicaba a la albañilería y ganaba 800 pesos a la semana. Un amigo lo invitó a vender droga, por lo cual Los Zetas le pagaban 3 mil pesos a la quincena y a los operativos 4 mil.

Los ocho detenidos quedaron a disposición del Ministerio Público Federal, que determinará su situación jurídica.