Estambul, 4 de junio. El presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Max Mosley, no dio marcha atrás en su postura y advirtió a los equipos de Fórmula Uno que deberán competir en otro campeonato si no están preparados para aceptar las reglas ordenadas por la entidad que regula este deporte.

En una clara señal de que la FIA no cederá ante las demandas de las escuderías, luego de semanas de negociaciones entre las dos partes con la esperanza de un compromiso, Mosley sentenció:

“Tenemos el campeonato del mundo de F-1 y hacemos reglas para éste. Lo hemos estado haciendo durante 60 años y lo vamos a continuar haciendo en el futuro.

Ahora tenemos un conflicto y veremos quién se impone, declaró Mosley al semanario suizo Motorsport Aktuell, durante una carrera de Fórmula 2 disputada en Valencia el pasado fin de semana.

El director de BMW-Sauber, Mario Theissen, dijo a los reporteros en Estambul –en la espera del Gran Premio de Turquía– que, pese a que la mayoría de los equipos se inscribieron de manera condicionada antes del pasado 29 de mayo para el campeonato de 2010, la situación seguía estancada.

La FIA planea introducir un tope presupuestario opcional de 65.1 millones de dólares para la próxima temporada, con el objetivo de mantener a los equipos actuales y alentar a los nuevos a entrar en un momento de recesión económica mundial.

En víspera de las prácticas del GP de Turquía que se corre el domingo, el británico Jenson Button (BrawnGP) aspira a lograr su sexta victoria de la temporada, lo que prácticamente supondría que nadie podrá frenar ya su marcha hacia la conquista del título.

Button está al alcance no sólo del campeonato, que es casi seguro, sino también de un gran número de récords. Así, por ejemplo, corren peligro las marcas de Michael Schumacher como el piloto más rápido en ganar el título (tras 11 de 17 carreras) y el que mayor número de victorias logró en una temporada (13).

El brasileño Felipe Massa (Ferrari) consumó el año pasado el hat-trick y confía en ampliar esa hazaña e inyectar así más emoción en la aburrida lucha por el Mundial.