Las monas Able y Miss Baker fueron lanzadas a 500 km de la Tierra y regresaron vivas
El objetivo de su misión fue saber más sobre los efectos de la ingravidez en el organismo
Viernes 29 de mayo de 2009, p. 3
Washington, 28 de mayo. Al pensar en la conquista del espacio, los primeros nombres que surgen son los de Yuri Gagarin y Neil Armstrong. El ruso fue la primera persona que orbitó alrededor de la Tierra: el estadunidense, el primero en poner un pie sobre la Luna.
Ambos son mundialmente conocidos. Pero no sólo hubo seres humanos pioneros en el espacio infinito, si no también monos.
Hace 50 años, el 28 de mayo de 1959, investigadores estadunidenses lanzaron al espacio a dos monas rhesus, bautizadas Able y Miss Baker, que retornaron vivas a la Tierra.
El propósito de su misión fue evaluar, en representación de la humanidad, los efectos de la ingravidez, hasta ese momento prácticamente desconocidos.
Aquel gran día, Able y Miss Baker, pequeñas como gatos, fueron sujetadas a la cápsula frontal de un misil modelo Jupiter Am-18 y lanzadas al espacio, hasta unos 500 kilómetros de la Tierra, desde Cabo Cañaveral, en el estado de Florida. El lanzamiento se realizó dos años antes de la hazaña de Gagarin.
El viaje de las monas fue un éxito. Los rusos, por su parte, habían optado por usar perros en sus investigaciones espaciales. La perra Laika, a bordo del Sputnik 2, se convirtió en el primer ser vivo en orbitar alrededor del planeta, pero murió antes de regresar a la Tierra.
En lo que fue la Misión Able-Baker, el misil recorrió 2 mil 500 kilómetros y aterrizó tan sólo 15 minutos después de despegar en las cercanías de la isla de Antigua, en el Caribe. Las monas estaban intactas. Fueron las primeras astronautas animales en regresar del espacio con vida. Estados Unidos y la comunidad científica estaban entusiasmados.
Fue un paso importante en el programa espacial de Estados Unidos
, subraya el curador del Museo Nacional de Aeronáutica y Astronáutica Smithsonian de Washington, Jim David, quien explica que en ese entonces no se contaba con información fiable sobre los efectos que pudiera tener la ingravidez en el organismo.
Durante la conferencia de prensa convocada tras el vuelo, las dos monitas saltaban vigorosas, pero Able tuvo que pagar al poco tiempo el precio de la excursión: uno de los electrodos que le fueron implantados bajo la piel se infectó, por lo que debió ser sometida a una cirugía, de la cual no sobrevivió.
Able fue disecada y actualmente se le puede ver en el Museo del Espacio de Washington, donde recuerda su proeza, amarrada al tubo en el que hizo su viaje hace medio siglo.
Hasta 1985, Estados Unidos siguió enviando simios al espacio.
Protestas contra los experimentos
Como no podía ser de otra manera, las asociaciones protectoras de animales se oponen a este tipo de experimentos. La manera en la que se sujeta a los monos es increíblemente brutal
, destacó la vicepresidenta de la organización PETA, Kathy Guillermo.
La agencia espacial estadunidense NASA dejó de hacer experimentos con monos, pero continúa utilizando animales pequeños para experimentos, advirtió Guillermo.
Mientras Able murió poco tiempo después de la proeza, Miss Baker pudo disfrutar del éxito. Hasta fue invitada a la Casa Blanca y recibió pilas y pilas de cartas de sus admiradores.
Murió en 1984, a los 27 años, por una disfunción renal. Fue enterrada en el predio del centro espacial de Huntsville, en Alabama. En el lugar, una lápida recuerda su histórico vuelo con la frase: “Miss Baker. Primer animal estadunidense en volar al espacio y regresar con vida. 28 de mayo de 1959”.