El hecho de que la reciente crisis ocasionada por los piratas en el cuerno de África pareciera por momentos un libreto de Hollywood no ha pasado inadvertido para la industria fílmica.

En Los Ángeles se ha desatado una guerra de ofertas por los derechos de la historia de Richard Phillips, capitán de la marina mercante estadunidense cuyo dramático rescate de manos de piratas somalíes cautivó a personas de todo el mundo el pasado abril. Hace una semana, Samuel L. Jackson adquirió los derechos para llevar a la pantalla la vida de un keniano experto en piratería, a quien intenta personificar en un próximo filme.

El capitán Phillips, quien sobrevivió cinco días en un bote con cuatro hombres armados, antes que tres de éstos fueran alcanzados por francotiradores de la Armada, ya es representado por la agencia Creative Artists, una de las principales de Hollywood, que ha tenido entre sus clientes a estrellas como Tom Cruise y Julia Roberts.

Ofertas lucrativas

La agencia ayuda al marino de Vermont a navegar en aguas de naturaleza muy distinta, y ya negocia ofertas lucrativas para una película y un libro, en tanto Hollywood se afana por encontrar la mejor forma de capitalizar el interés global por el incremento de la piratería en las costas de Somalia.

Thymaya Payne, cineasta estadunidense que realiza un documental sobre el tema en esa región africana, señaló que Hollywood comenzó a tener verdadero interés luego del primer intento de secuestro de un navío estadunidense, el mes pasado. “Desde el Maersk Alabama, el nivel de interés ha subido por los cielos –comentó–. Mi Blackberry no ha dejado de sonar.”

La semana pasada, Andrew Mwangura, ex marino mercante de 47 años que encabeza una asociación de hombres de mar, se manifestó sorprendido de que su vida sea la base de un potencial éxito de taquilla. Lleva más de una década dirigiendo el Programa de Asistencia de los Marineros del Este de África, y hoy día el problema de la piratería domina su vida. En un tiempo tenía su escritorio en una choza del húmedo puerto keniano de Mombasa, pero ahora trabaja sin oficina, con apoyo en media docena de teléfonos celulares para mantenerse al tanto de los movimientos de los barcos, las fuentes, los dueños de los navíos y, en ocasiones, de los propios piratas.

El capitán Richard Phillips, en una cena en la Casa BlancaFoto Ap

¿Por qué yo?, preguntó Mwangura cuando Andras Hamori, representante de Uppity Films, propiedad de Jackson, llegó a Kenia para ofrecerle un contrato. “¿Por qué viene desde Estados Unidos nada más para verme un solo día y luego volar de regreso?

“Dijeron –relató– que era porque soy un héroe, y yo les dije que no lo soy… que hago esto en beneficio de la humanidad.”

Mwangura cobró fama por su intervención en el rescate de un barco de carga ucraniano, el MV Faina, secuestrado cuando iba en ruta hacia Mombasa con un cargamento de tanques y armamento pesado. El ex marino avergonzó a las autoridades kenianas al revelar que el verdadero destino era Sudán, en violación de acuerdos internacionales.

Si bien Hollywood y otros pretenden retratarlo como negociador, Mwangura insiste en que no participa directamente en las pláticas relativas al rescate. Las personas me piden ayuda, declaró en reciente entrevista a The Independent en Mombasa. Ha dado en cambiar de teléfonos móviles y llegar antes de tiempo a las citas porque cree que las autoridades lo siguen. Afirma que no recibe nada por sus servicios y que se sostiene con donativos.

Temor de que el relato se convierta en una caricatura

Me preocupa que Hollywood quiera convertir todo esto en una caricatura, expresa el joven director Payne. Sería una lástima, porque si profundiza en el tema, descubrirá que la historia real es mucho mejor de lo que cualquiera pueda inventar.

Tal vez Hollywood cometió ya el primer error. Mwangura reconoció que, si le dieran la oportunidad de escoger, preferiría ser representado por el actor favorito de Kenia: Denzel Washington.

© The Independent

Taducción: Jorge Anaya