La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) realizará un paro en las escuelas antes de que concluya el año escolar y resolvió que en los estados donde tiene mayor presencia no se sujetará a la modificación del horario laboral establecido por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para la recuperación de clases.

Sostuvo que la medida de modificar la jornada laboral es violatoria de los artículos 5 y 123 de la Constitución, porque el magisterio tiene un contrato con los horarios de trabajo establecidos y, por otra parte, la SEP no nos puede exigir solidaridad porque a nosotros, por un minuto que lleguemos tarde, nos descuenta, señaló José González Figueroa, fundador de la agrupación.

La CNTE determinó un plan de acción para exigir solución a su pliego de demandas y continuar con la jornada de lucha contra la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) pactada entre Elba Esther Gordillo y la dependencia educativa.

José González Figueroa informó que a partir del 15 de junio se tomará la decisión sobre el día en que estallará un paro de labores, el cual –dijo– tendría que realizarse antes del 3 de julio, fecha de fin de cursos marcada por el calendario escolar, antes de la modificación motivada por la epidemia de la influenza.

Además –añadió–, el 28 y 29 de mayo habrá movilizaciones en los estados con mayor presencia de la coordinadora, como Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Zacatecas, Morelos, entre otros. También, participarán en la marcha del primero de junio, junto con las otras organizaciones sindicales y sociales, cuyos contingentes partirán a las 16.00 horas del Ángel de la Independencia y del Monumento a la Revolución. Asimismo, el 12 de junio realizarán otra jornada de protestas en la capital del país, para lo que se concentrarán a las 9 de la mañana en el Zócalo y de ahí se dirigirán a distintos lugares, aún por definir.

Por otro lado, el profesor disidente destacó que “no se consultó a nadie la medida de modificar la jornada laboral de los maestros, pese a que en el Distrito Federal y en las grandes ciudades no hay espacio, ya que los niños salen a una hora y entran enseguida los otros. Decir que esto repercutirá en el aprendizaje es un engaño.

“¿Qué quieren, que el pueblo diga que ellos son los que mandan y que nosotros obedecemos? Ni somos esclavos ni estamos al servicio de los funcionarios en nuestro tiempo libre. Ese tiempo es nuestro y está garantizado por la Constitución… Lo único que les toca es respetarnos y dejarse de incoherencias y ocurrencias. Que dejen trabajar a los maestros los días que restan” del ciclo escolar, finalizó.