Para México, salir de la actual crisis económica le va a costar mucho más trabajo y tiempo que el que implicó, en su momento, las de 1982 y 1995, aseguró el presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Eduardo Sojo.

Explicó la razón: en los casos anteriores, Estados Unidos mantenía su ritmo de crecimiento, lo que favoreció a México para salir más rápidamente, cuestión que no ocurre en la actualidad, pues el país del norte también afronta una recesión.

Entrevistado al término de la presentación del Sistema de Estadísticas Censales a Escalas Geoelectorales, celebrada en la sede del Instituto Federal Electoral (IFE), Sojo manifestó que en la actualidad hay 3.9 millones de desempleados en el país, ya que la tasa de desocupación pasó de 3.9 por ciento que teníamos al principio del año pasado, a 5.1 por ciento. Otro fenómeno asociado, agregó, es que el subempleo se ha incrementado, pues pasó de 6 a 8 por ciento en el mismo periodo.

Sojo afirmó que en el diagnóstico de la situación económica elaborado por el Inegi se detecta que la economía comenzó a desacelerarse a principios de 2008 en el sector industrial y otros, pero a partir de septiembre del año pasado ya no sólo fueron esos sectores, sino que también el comercio, los servicios y el sector manufacturero cayeron de manera muy fuerte.

Reconoció que en los reportes sobre el desempleo y la recesión del país, aún no está reflejado el impacto provocado por la emergencia sanitaria de abril y mayo. Hay que esperar, dijo, los datos del segundo trimestre para verificar cuál ha sido el comportamiento de la economía en este periodo, pero en estos momentos estamos en plena recesión.

Al explicar las razones por las cuales en esta ocasión será más complejo superar la crisis, Sojo destacó que en 1982, a pesar de la situación, las exportaciones estaban creciendo en niveles de 15 por ciento; en 1995, la devaluación del peso favoreció que las exportaciones mexicanas fueran mucho más competititivas, por lo que estaban creciendo 10 por ciento, pero ahora están disminuyendo a tasas más allá de 20 por ciento.

Por eso en 1982 y 1995 salimos más rápido de la recesión y ahora quizás costará más trabajo. Mencionó que hay algunos elementos positivos que ha dado a conocer la Secretaría de Hacienda, como es el comportamiento de la Bolsa Mexicana de Valores, que es reflejo de la confianza en la economía a futuro.

Explicó que existen otros factores relacionados con las expectativas de productores y consumidores respecto del comportamiento económico del país, que en meses pasados reflejó un deterioro. Esta percepción pesimista ha comenzado a cambiar en meses recientes, sostuvo.

Al preguntarle acerca de las propuestas de que se requiere de otra reforma fiscal que incremente los impuestos, Sojo indicó que su postura es que el país no ha podido resolver aún la fragilidad de las finanzas públicas, lo cual tarde o temprano tendrá que hacerse. Refirió que en los albores del gobierno foxista lo intentaron, sin que pudieran concretarse.

Destacó que si bien nunca es buen momento para promover cambios fiscales, tarde o temprano tendremos que resolverlo, lo que no implica, por ejemplo, que la reforma se aplique inmediatamente, pero creo que los mexicanos no podemos dejar pasar más tiempo.