Colombo, 19 de mayo. La guerrilla de los Tigres de Liberación de Tamil Eelam (LTTE, por sus siglas en inglés), destruida tras un conflicto de casi tres décadas, aseguró este martes que su comandante Velupillai Prabhakaran sigue vivo. De inmediato, el ejército de Sri Lanka reiteró que fue ultimado y la televisión estatal mostró imágenes del cadáver.

En Ginebra, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, se declaró profundamente perturbardo por la muerte de civiles en la nación asiática, y anunció que viajará a Sri Lanka el viernes para verificar la situación tras los combates entre el ejército cingalés y la guerrilla tamil independentista.

La televisión pública y el canal privado Swarnavahini difundieron imágenes que mostraban parte de un cadáver con atuendo de camuflaje que, aseguraron, es el líder de los Tigres, Velupillai Prabhakaran.

Las imágenes difundidas por la televisión estatal también mostraban la placa de identificación con la inscripción 0.01 y su tarjeta de identidad de los LTTE.

Este video fue difundido horas después que los rebeldes afirmaron que su líder seguía vivo.

Nuestro querido líder está sano y salvo. Continuará liderando la búsqueda de la dignidad y la libertad del pueblo tamil, dijo el jefe de relaciones internacionales del movimiento tamil, Selvarasa Pathmanathan, en un comunicado divulgado por Internet.

La lucha tamil por la libertad es una causa justa y no será aplastada por los acontecimientos de las últimas 24 horas. La verdad y la justicia prevalecerán, agregó.

Sin embargo, el jefe del ejército de Sri Lanka, el general Sarath Fonseka, aseguró disponer de pruebas de la muerte del líder de los Tigres Tamiles. Esta tarde presentaremos fotografías del cadáver de Prabhakara, afirmó.

El vocero rebelde acusó al gobierno y al ejército de crímenes contra la humanidad, y sostuvo que los militares dispararon contra dirigentes del LTTE después de haberlos invitado a negociar una rendición.

Bajo presión de la comunidad internacional para que encuentre una solución de unión nacional entre la mayoría cingalesa (74 por ciento) y la minoría tamil (12.5 por ciento), el presidente Mahinda Rajapakse aseguró que la derrota de los LTTE no significa el sometimiento de todos los tamiles.

Todos debemos vivir con los mismos derechos, sin miedo ni dudas, afirmó en un discurso ante el Parlamento en el que proclamó oficialmente la derrota de los rebeldes.

La autoridad del Estado se ejerce a partir de ahora en cada centímetro del territorio. Hemos vencido totalmente al terrorismo, afirmó.

La polémica sobre la muerte del comandante de la que había sido una de las guerrillas más temidas y mejor organizadas del mundo, y los llamados a la unidad nacional, sucedieron un día después que el ejército venció a los rebeldes, acorralados desde hace varias semanas en una estrecha franja costera del noreste de la isla.

Esta derrota marcó el final de uno de los conflictos más antiguos y brutales de Asia, que comenzó en los años 80, años después de la fundación, en 1972, del LTTE por Prabhakara, y que causó más de 700 mil muertos en combates, atentados y asesinatos.

La victoria del gobierno se logró a costa de la pérdida de miles de vidas inocentes en bombardeos indiscriminados, según la Organización de Naciones Unidas. Responsables de derechos humanos del organismo piden que se realice una investigación por crímenes de guerra.