La arqueóloga Beatriz Palavicini, especialista en estudios sobre los sitios prehispánicos de Cacaxtla y Xochicalco, falleció el sábado pasado a los 42 años de edad, víctima de un mal hepático.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que la investigadora estaba dedicada a restituir los valores históricos y arquitectónicos de la zona arqueológica de Cacaxtla, en Tlaxcala.

Palavicini, junto con la restauradora Diana Molatore, estuvo al frente –hasta el momento de su deceso– del Proyecto Especial de Conservación Cacaxtla-Xochitécatl, mediante el cual develó nuevos aspectos sobre esa civilización, como su patrón de asentamientos y los periodos cronológicos.

La arqueóloga fallecida también integró una de las primeras bibliografías sobre ese antiguo asentamiento y participó, en 2006, en el primer Coloquio Internacional de Cacaxtla, a 30 años de investigaciones.

Ese año, con la ponencia Análisis geotécnico del Gran Basamento de Cacaxtla esclareció que éste, en contraste a lo que se pensaba, no fue un sitio habitacional para personajes de alto rango, sino que funcionó como un taller en el que se trabajaban materiales orgánicos, posiblemente para ofrendas, porque fueron identificados residuos de grasas animales y vegetales, además de proteínas como albúmina y carbohidratos.

Beatriz Palavicini, egresada de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, también fue investigadora del Proyecto Xochicalco en Morelos. En ese sitio, dijo, fue donde surgió la imagen humanizada de Quetzalcóatl, debido a que este clase de representaciones de la deidad fueron plasmadas en ese lugar durante el Epiclásico (600-900 dC), las más tempranas en el Altiplano Central.

Beatriz Palavicini también se desempeñaba como docente en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH y en el Colegio de Antropología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Con el deceso de la arqueóloga, el proyecto que encabezaba queda bajo la supervisión de Guillermo Goñi.