Causa estragos como un virus, afirma
Lunes 11 de mayo de 2009, p. 17
La arquidiócesis de México condenó que la Cámara de Diputados aprobara una polémica
ley de narcomenudeo –que deja de sancionar a los consumidores y define los consumos máximos– cuando en el país se realizaba una intensa campaña de erradicación del virus de influenza A/H1N1.
Mientras el Ejército y corporaciones policiacas combaten “la pandemia social del narco y el crimen organizado, nuestros legisladores han determinado la libre circulación de los portadores y propagadores de la drogadicción”, criticó en su semanario Desde la Fe.
“Si un pequeño virus, que no vemos, nos hizo reaccionar a todos para preservar la salud de los niños, los jóvenes y la sociedad en general, cómo es que no vemos con la misma preocupación los estragos sociales que causa, ante la vista de todos, la pandemia mundial del narcotráfico, tristemente mexicanizada desde hace algunas décadas.
¿No será ésta la verdadera causa de que estemos perdiendo el respeto y el aprecio en el mundo?
, manifestó la iglesia local.
En el editorial La pandemia que nadie ataca, el arzobispado además se preguntó si “¿no sería bueno enviar al secretario de Salud a la Cámara de Diputados para explicarle a los legisladores cómo controlar las epidemias?
“¿No sería oportuno repetir la estrategia de aislamiento de los infectados y, después de una buena ‘cuarentena’, regresarlos sanos y salvos a la sociedad? ¿Qué no se necesita la acción de todos los niveles de gobierno para controlar un mal social como el narcotráfico y la drogadicción?”, abundó.
La Cámara de Diputados –insistió— “con la extraña influencia de algunos partidos, una vez más cambió la ley para permitir la portación de pequeñas dosis de estupefacientes para consumo personal, a fin de no ser remitidos a prisión.
Por supuesto, nadie quiere las cárceles llenas de drogadictos, pero se deja a la iniciativa personal la decisión de someterse a un tratamiento de rehabilitación
.