En cinco años saldrán 120 mil presos, ¿cómo los queremos?
Sobrepoblación de casi 50 mil reos: subsecretario del sistema penitenciario
Lunes 11 de mayo de 2009, p. 16
Durante los próximos cinco años 60 por ciento de los presos del país, es decir, unos 120 mil, saldrán libres. ¿Cómo los queremos, con escuela del crimen o reinsertados socialmente; con educación o con adicciones?
, señaló Patricio Patiño Arias, subsecretario del Sistema Penitenciario Federal, en entrevista con La Jornada.
Considera que es necesario un cambio estructural del sistema penal y que se vuelva a unicar a la reinserción social en el centro de la discusión, para lograr un cambio conceptual cualitativo de gran impacto, que haga que la persona privada de su libertad deje de ser vista como inadaptada
.
En nuestro país existen 440 prisiones con 222 mil internos, 5 por ciento de ellos son mujeres. En 231 prisiones existe sobrepoblación, pero 28 de ellas concentran 50 por ciento de los presos; para la autoridad, estas cárceles constituyen focos rojos.
Patiño, quien al inicio de esta administración federal se desempeñó como subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, retoma el contenido de la Estrategia penitenciaria 2008-2012, y señala que el reto del sistema penitenciario mexicano es implementar una estrategia para recuperar a las cárceles de la crisis en la que están inmersas y transformarlas en espacios que retribuyan a la sociedad, mediante la reinserción exitosa de las personas sentenciadas
.
Aunque, reconoce, como lo dice la estrategia, que el sistema penitenciario del país, es uno de los componentes de la seguridad pública que acusa más rezago y abandono
. Dice que “hoy por hoy no se necesita ni siquiera un encuestador que pregunte a la gente: ‘oye, ¿qué hacemos con los reos’? En por lo menos 80 por ciento de los casos la respuesta automática sería: ‘¡ya olvídalo!’, pero mucha gente dice: ‘ya mátalos, esos agredieron a la sociedad, ¿todavía hay que reinsertarlos?’
“El otro 20 por ciento contesta diferenciadamente, unos dicen ‘bueno, hay que reinsertarlos’; y un muy escaso margen señalaría: ‘hay que invertir en ellos porque ven a regresar a la sociedad’.
Y cuánta razón hay en ello, 84 por ciento va a alcanzar su libertad, 60 por ciento en los próximos cinco años; después, otro 14 por ciento que tienen condenas de entre uno y nueve años, y 10 por ciento más con sentencias de uno a 15 años, así es que si todos ellos van a regresar un día a la sociedad, ¿cómo los queremos?
Patricio Patiño se desempeñó en varias áreas del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), asegura que en las cárceles “hay una escasez de los mil demonios, una pobreza inaudita, no sólo de dinero, sino de ideas, de ganas de trabajar, no hay voluntad, es una especie de enclave olvidado en el que hoy parece pensarse que solamente es para los que están adentro, y la misión de los que están afuera es que los otros ya no salgan.
Cuando llegué al cargo me encontré con que los centros federales están ordenados, pero cuando se ven los estatales, y ya no decir los municipales, son unos peldaños tan grandes en esto que no necesariamente hacen una escalera, y a veces no hay comunicación, por ello buscamos que la infraestructura carcelaria opere de forma alineada con reglamentos.
De acuerdo con los datos estadísticos, las prisiones con mayor sobrepoblación son las del Distrito Federal, con 99.43 por ciento, ya que tienen capacidad para 19 mil 88 reos, y en sus instalaciones hay 38 mil 68 internos; Nayarit, con 2 mil 586 presos y un índice de 95.99 por ciento de sobrepoblación; Sonora, tiene capacidad para atender a 6 mil 870 internos y alberga a 12 mil 818; estado de México, con capacidad para 10 mil 208 y tiene 18 mil 545; Morelos, con capacidad para 2 mil 84 y tiene 3 mil 616, y Jalisco, con 9 mil 279 espacios y 15 mil 975 presos.
En suma, el sistema penitenciario tiene una sobrepoblación de 49 mil 922 presos, según la SSP federal, y aunque se estima que 60 por ciento de los reos saldrán en un plazo de cinco años, el subsecretario Patiño Arias afirma que para 2012 se espera que en las prisiones mexicanas estén cerca de 260 mil internos, 40 mil más que ahora, porque existe un índice criminal sostenido.
“En 1950 existían 211 mil presos, pero hay que hacer un recorrido histórico y veremos que la época está marcada por la posguerra, y ello trajo una gran cantidad de robos. Sin embargo, luego bajó el número de internos hasta 93 mil 119 en 1990, y de allí otra vez comienza el crecimiento de internos, hasta llegar a los 222 mil 73 de hoy.
Lo que se tiene que hacer en esta primera etapa es reconocer que la vocación de las instalaciones carcelarias ha sido una, pero la presión de la población penitenciaria y de nuevos internos ha terminado por disociar sus objetivos del tratamiento; en eso nos encontramos siempre, es la historia de nuestro sistema penitenciario.
–De los 222 mil internos, ¿cuántos serían los reos realmente peligrosos que existen en el país?
–Sin duda los internos peligrosos son los que están en las prisiones de máxima seguridad, los demás son internos que sus perfiles de riesgo, criminógeno, sicológico, los determinan de mediana peligrosidad, pero que por alguna circunstancia se convirtieron en factor de riesgo por dos causas: por su capacidad para seguir delinquiendo desde la cárcel, y por su capacidad intelectual y de violencia para organizar a los internos peligrosos.
En los centros federales tenemos una población de 4 mil internos, de los cuales unos 2 mil están realmente en penales de máxima seguridad, ese sería el orden: de 222 mil reos, uno por ciento es realmente peligroso
, explicó el subsecretario.
Ante la problemática de sobrepoblación, Patiño Arias explica: “vamos a crecer con 950 espacios en Guasave (nuevo penal federal), con 2 mil 100 en Papantla (nuevo penal federal), ya son 3 mil; con 7 mil espacios en Islas Marías (repoblarlas), ya son 10 mil; mil 500 en Nayarit (se aumentó capacidad instalada), total, 11 mil 500.
Se sumarán a la infraestructura penitenciaria la prisión de El Hongo, en Baja California, que servirá para 2 mil 500 personas, para que se despresurice la cárcel de La Mesa, en Tijuana, y se va a construir el nuevo Cereso de Ciudad Victoria, que servirá para cerrar el actual, que opera en el centro de la capital tamaulipeca, y finalmente estamos en pláticas con el gobierno de Tabasco para poder operar unas instalaciones abandonadas y que nos darían otros 900 espacios.
Además, se analiza la posibilidad de que la iniciativa privada invierta en la construcción de cárceles: en la medida de lo posible se buscará generar alianzas público-privadas para construir infraestructura y, si fuese el caso, concesionar servicios penitenciarios, por supuesto que esto no tendría nada que ver con las prisiones de máxima seguridad
, concluyó Patiño Arias.