Martes 28 de abril de 2009, p. 22
Mientras el papa Benedicto XVI expresó su cercanía al pueblo de México, que sufre por el brote de influenza porcina, y que sigue con atención el tema y reza por las víctimas, la embajada del país en Washington, Estados Unidos, desmintió que la muerte del director del Museo Nacional de Antropología e Historia, Felipe Solís, quien recibió al presidente Barack Obama durante su visita a la capital mexicana, se debiera al nuevo virus.
Además, en una llamada telefónica el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, manifestó a su homólogo mexicano, Felipe Calderón, su solidaridad por la emergencia que vive el país debido a la epidemia de influenza. Según el reporte surgido desde Bogotá, el mandatario ofreció a Calderón toda la colaboración
que México pueda llegar a requerir de las instituciones nacionales para hacer frente a la situación.
La misión diplomática de México ante la Casa Blanca subrayó en un comunicado que el funcionario mexicano “murió por complicaciones de condiciones prexistentes y no de gripe porcina. La prensa estadunidense recogió el rumor de finales de la semana pasado en torno al presunto deceso de Felipe Solís por gripe porcina y al hecho de que estuvo acompañando a Obama durante su visita a al país.