En 2003 fue desahuciado; el dolor ya es insufrible y el tratamiento incosteable
, dice
Apenas el 8 de abril el Congreso aprobó el derecho a la vida
Tanatóloga pide analizar el caso
Sábado 25 de abril de 2009, p. 31
Durango, Dgo., 24 de abril. Un hombre con cáncer cerebral demandó a las autoridades duranguenses que se le aplique la eutanasia; sin embargo, la ley no la contempla y la Constitución local se reformó el 8 de abril pasado para consagrar el derecho a la vida.
Carlos, de 52 años, omite sus apellidos para no dañar a su familia. Perdió la vista en 2008. Fue desahuciado y declarado en fase terminal en 2003, y ahora pide a las autoridades médicas que le ayuden a morir. Eso necesito
, afirmó en un video transmitido hoy durante una conferencia a la que fueron invitados legisladores y autoridades locales así como personajes eclesiales, pero no asistieron.
Debí morir hace tres o cuatro años, pero aquí sigo gracias a Dios, y el tiempo que llevo de más es una bendición
, expresó en un video el aquejado duranguense, cuando su dolor ya es insufrible y el tratamiento incosteable. Quiero hacer énfasis en la necesidad de la eutanasia. Yo la necesito. Ojalá se pueda realizar
, clamó.
En 2002 ya padecía fuertes dolores de cabeza y decidió someterse a pruebas médicas en la clínica Santiago Ramón y Cajal del ISSSTE en la capital estatal. Los médicos le diagnosticaron un tumor canceroso en el cerebro pero no dieron seguimiento a su caso y aunque por varios meses demandó saber qué tan avanzado era el daño, su exigencia de tratamiento fue inútil.
El personal del ISSSTE tampoco lo trasladó a Monterrey, y Carlos gestionó personalmente su atención en la capital nuevoleonesa con ayuda de amigos médicos. Pero la noticia fue desalentadora: el tumor había avanzado mucho.
Posible negligencia
Pagó su estancia en esa ciudad mientras el Hospital San José de Monterrey le aplicaba radioterapia, subrogada por el ISSSTE; pero Carlos cree que la institución oficial no le dio todo el apoyo posible, y también le imputa negligencia
en su caso.
Los facultativos le dijeron en 2003 que ya no podía hacerse más porque la radioterapia no reducía el tumor, y todavía tuvo aliento para resistir hasta hoy, aunque por hallarse grave no asistió a la conferencia donde se expuso su caso en el Instituto de Tanatalogía de Durango.
Maria Antonieta Pulido Corral, directora del Instituto de Tanatalogía en Durango, tiene la encomienda de solicitar a las autoridades que apliquen la eutanasia a Carlos. Cuando me pidió intervenir sentí taquicardia y tuve problemas para respirar. Promuevo el respeto a la vida, pero es mi amigo y nos conocemos de tiempo; es un luchador, y le dije que podré no estar de acuerdo pero haré todo lo posible...
La tanatóloga dijo que la situación es complicada pues ella lucha por la vida pero entiende la situación de Carlos. Está deteriorado, tiene mucho dolor, no puede depender de los demás
Al foro realizado por Pulido Corral fueron invitados los diputados que en su momento modificarían la Constitución local para permitir la eutanasia, pero no asistieron. Tampoco fue personal de la Secretaría de Salud del estado, y mucho menos gente de la Iglesia.
La especialista dijo que el tema debe analizarse urgentemente en el Congreso local, con opinión de los sectores implicados, aunque aceptó que los perjuicios y la doble moral pueden durar muchos años todavía. Tal vez Carlos no tendrá este beneficio. A lo mejor se va antes, pero hay muchos como él que necesitarán la eutanasia
, reflexionó.
El diputado local Mario Miguel Ángel Rosales Melchor, presidente de la comisión de Salud del Congreso, en entrevista por separado dijo conocer el caso. Empero, señaló, no se han logrado juntar
las agendas legislativas para discutir el tema, que está abierto
y puede abordarse, en el marco de una Constitución local reformada para consagrar el derecho a la vida. No estamos cerrados, vamos a buscar a Carlos
, anunció.
A finales del año pasado las autoridades estatales saludaron la aprobación en el Senado de la reforma a la Ley General de Salud que permite suspender el tratamiento de las personas en fase terminal que así lo solicitan (por sí o por sus familiares); pero según la secretaria de Salud, Patricia Herrera Gutiérrez, la práctica ya existía porque hay familiares cercanos que se oponen a mantener en terapia a sus pacientes.
La funcionaria refirió que ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación estuvieron en Durango para valorar la práctica del derecho a bien morir
, y adelantó que la dependencia a su cargo sería muy respetuosa
de la ley. Pero entre suspender el tratamiento y provocar la muerte por conmiseración hay un abismo, según juristas consultados.
Reforma lejana
Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Suiza permiten la eutanasia o el suicidio asistido, dijeron; pero una reforma legal que subsane la demanda de pacientes que no desean vivir es tan distante en México como en múltiples países del primer mundo, aunque en Estados Unidos puede litigarse hasta llegar a los máximos tribunales.
En Durango, sin embargo, fuerzas sociales y políticas de importancia determinante imposibilitan cualquier evolución en la materia, y si bien hay diputados dispuestos a revisar el caso de Carlos, una concertación parece imposible, y máxime tras la reciente reforma a la Constitución local que garantiza el derecho a la vida desde la fecundación hasta la muerte natural
.
El pasado 7 de abril, el Congreso del estado revisó la Constitución local en su artículo primero sobre las garantías individuales, y agregó un párrafo con la nueva garantía.
Sin embargo, durante la discusión, el diputado priísta Rosauro Meza pidió hacer el agregado: salvo excepciones de la ley
, el cual cambió su sentido, pero así fue aprobado por mayoría de 27 votos contra uno.
Algunos ven un resquicio y otros una imposibilidad, pero la frase añadida podría significar un dejo de esperanza.