Sábado 25 de abril de 2009, p. 4
Santiago, Chile, 24 de abril. La investigación con células madre o la experimentación en seres humanos aún no pueden despegar en América Latina, donde los recursos deben orientarse a garantizar y ampliar el acceso a la salud y fortalecer la regulación sanitaria, según expertos reunidos en Santiago.
En un continente donde hay más de 180 millones de pobres, el acceso igualitario a la salud es el principal desafío para teóricos, técnicos y científicos, estimó el director del Programa Regional de Bioética de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Fernando Lolas.
El tema del acceso a la salud es el más difícil, porque hay mucha inequidad en este continente
, comentó Lolas durante la realización de un congreso sobre bioética en Santiago, el cual reúne a una treintena de expertos de América Latina y Europa.
El segundo, que es difícil porque no está en la conciencia pública, es cómo emplear los resultados de la ciencia y la investigación para que beneficien a las personas, que no se quede sólo en teoría o entre los ricos
, añadió.
Para el funcionario de la OPS, división regional de la Organización Mundial de la Salud, esto no significa detener la investigación científica, sino otorgarle sentido práctico para mejorar la salud de la población latinoamericana.
Problemas fundamentales
Si describiera algunos de los problemas fundamentales de América Latina, diría que son la desigualdad y la falta de conexión
entre las naciones, comentó el mexicano Adolfo Martínez Palomo, presidente del Comité Mundial de Bioética de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Por ejemplo, Cuba es el país con más experiencia en el manejo del dengue, por lo que se esperaría que encabezara iniciativas regionales para combatir esa epidemia, lo cual no sucede
, sostuvo.
Los indicadores de la región evidencian el desigual acceso a la atención de salud.
La OPS, en su último informe sobre indicadores de salud Situación de salud en las Américas: indicadores básicos 2008, señala, por ejemplo, que en Uruguay hay 38.7 médicos por cada 10 mil habitantes, mientras en Perú hay 11.5 y en Paraguay sólo seis.
En Chile, 99.7 por ciento de los partos son atendidos por personal capacitado, en Perú 71 por ciento, y en Guatemala la cifra cae a 31 por ciento.