Miércoles 22 de abril de 2009, p. 3
Dos tenientes de inteligencia militar del 71 Batallón de Infantería fueron ejecutados en el municipio serrano de Tepehuanes, Durango, en los límites con el de Guanaceví. Junto a sus cuerpos, los agresores dejaron un mensaje: “Con El Chapo nunca van a poder ni sacerdotes ni gobernantes”.
La mañana de este martes, en la carretera entre Tepehuanes y Guanaceví, adelante de Ciénega de Escobar, fueron localizados los cuerpos de dos militares vestidos de civil, con las manos atadas y el rostro cubierto con cinta canela. Los cuerpos estaban junto a un vehículo tipo Fiesta color plata.
Alfonzo Unzueta, síndico de Tepehuanes –a 280 kilómetros al noroeste de la ciudad de Durango–, confirmó que los militares asesinados son Jesús Antonio Cabrera, de 28 años de edad, y Jesús Sánchez Meléndez, de 30.
La identificación de los cadáveres estuvo a cargo del teniente José Alberto Morales, también perteneciente al 71 Batallón de Infantería, con sede en el municipio de Santiago Papasquiaro. La policía federal apuntó que junto a los cuerpos había 80 casquillos percutidos de AK-47.
El síndico Alfonzo Unzueta fue quien dio cuenta del crimen a un noticiario radiofónico local, al que narró que fue alrededor de las 9 de la mañana cuando se recibió el reporte del hallazgo de los cuerpos, mismos que fueron reconocidos hasta el mediodía por personal militar.
El pasado viernes, el arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, declaró que “adelante de Guanaceví vive Joaquín El Chapo Guzmán, todos lo sabemos, menos la autoridad”.
El 27 de marzo pasado, Fausto Gómez Ramírez, capitán del 85 Batallón de Infantería, con sede en la ciudad de Durango, fue asesinado por elementos de la Dirección Estatal de Investigaciones. El procurador estatal José Ángel Leal, dijo que se trató de una lamentable confusión
. Fue la primera muerte de un militar reconocida por las autoridades duranguenses.