Madrid, 20 de abril. El escritor Juan Marsé (Barcelona, 1933) adelantó hoy algunos temas del discurso que pronunciará el próximo jueves en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, que todos los 23 de abril se convierte en el centro neurálgico de las letras en español al rememorar a la figura de Miguel de Cervantes mediante la entrega anual del máximo galardón de la literatura en nuestro idioma, el premio Cervantes.

Frenética agenda

Marsé, hijo de un taxista que creció bajo el yugo represor de la dictadura franquista y del hambre, se considera un escritor anómalo que recrea mundos alternativos que le hubiera gustado vivir.

El novelista y cuentista catalán ya está en Madrid, donde tiene una agenda frenética de comidas, cenas y encuentros de todo tipo con el mundo de la cultura y de la política, incluida una cena en el fastuoso palacio donde habita el jefe del Estado, el rey Juan Carlos I.

Marsé, quien siempre ha huido de los reflectores, está sometido ahora a los rigores de ser el premio Cervantes, un privilegio de unas pocas decenas de escritores, entre ellos los más importantes del siglo XX, como Octavio Paz, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato y Sergio Pitol.

Juan Marsé, premio Juan Rulfo 1997, está ligado profesionalmente a México por la publicación de su novela Si te dicen que caí, en 1973, prohibida en España por la censura de la dictadura.

A punto de recibir este prestigioso galardón, el autor de Rabos de lagartija explicó que en su discurso hablará de la memoria histórica, de la imaginación, del cine y de mi trabajo. Hay referencias a la memoria histórica, a la memoria individual, a la memoria transversal y a toda clase de memorias, pues un escritor sin memoria no es nada.

Juan Marsé manifestó que la totalidad de su obra está marcada por los primeros años de su vida, en los que vivió, con la perplejidad infantil y juvenil, situaciones tan extremas como la miseria y el hambre, la represión, la censura y la persecución totalitaria del régimen franquista.

Mi obra tiene que ver con mi infancia, con mi juventud, sobre todo porque están encuadradas en la época en que las memorias individual y colectiva estaban secuestradas, digamos, estaban cuestionadas.