El Senado de la República aprobó ayer en lo general las reformas a cinco leyes financieras, a fin de reforzar las facultades del Banco de México para regular las tasas de interés y comisiones bancarias, pero el proceso no concluyó, ya que por los menos 20 legisladores abandonaron la sesión y ya no se pudo votar el ordenamiento en lo particular.

Sin quórum, el presidente en funciones de la mesa directiva, José González Morfín, determinó que la votación pendiente, que era sólo para ratificar 10 artículos impugnados por el petista Ricardo Monreal Avila –que no se había aceptado discutir–, se llevará a cabo en la sesión del próximo martes.

La discusión comenzó después de las dos de la tarde y se prolongó porque tanto el PT a través de Ricardo Monreal, como Convergencia, en voz de José Luis Lobato, adelantaron que votarían en contra por considerar que la legislación es insuficiente para acabar con la voracidad de los bancos extranjeros.

De hecho, la senadora del PRI, María de los Ángeles Moreno; Manuel Velasco, del Verde Ecologista, y los perredistas Pablo Gómez y Silvano Aureroles, reconocieron que es un primer paso para impedir los abusos de los bancos, pero falta aún mucho por hacer, a fin de dar mayor certidumbre a los usuarios de la banca.

Advertencia a bancos

Sin embargo, el senador del PAN, Rubén Camarillo, advirtió a los banqueros que las reformas ayer aprobadas en lo general, llevan un mensaje claro para ellos: no vamos a permitir que se sigan poniendo de acuerdo a espaldas de sus clientes para mantener artificialmente altas las tasas de interés de los productos que ofrecen.

Sostuvo que hay también un mensaje para el Banco de México y su gobernador: Queremos que de una vez salgan de su zona de confort y que cumplan con la responsabilidad que el Estado mexicano les encomendó. Dijo que podían estar tranquilos los senadores con la aprobación de esas reformas que dan mayores atribuciones al organismo para emitir reglas que limiten o prohiban comisiones altas y a poner topes a aumentos no justificables.

El senador del PRD, Pablo Gómez, advirtió que lo que se hizo fue crear un decreto para se cumpla el contenido de la ley vigente. ¡Qué vergüenza¡, pero era necesario y hay que votarlo. Explicó que el Congreso no puede establecer topes al costo de los servicios bancarios y por ello creó el marco jurídico para que el Banco de México cumpla con esa responsabilidad, y esté obligado además a publicar bimestralmente los indicadores sobre el comportamiento de las tasas de interés y comisiones, a fin de que los usuarios sepan lo que les están cobrando.

El Senado, advitió, tiene que seguir en esa misma dirección, aprobar otras resoluciones y ejercer actos de control sobre las autoridades del Banco de México, porque de no ser así, de nada va a servir esto.

Al hablar a nombre del PRI, la senadora Moreno resaltó que tanto la Ley para la Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros, la Ley de Instituciones de Crédito, la Ley para Regular las Sociedades de Información Crediticia, la Ley de Transparencia y de Fomento a la Competencia en el Crédito Garantizado y la Ley del Banco de México cambiaron las frases de podrá, buscará o intentará por imperativos, a fin de que el banco central regule la intermediación y logre que el financiamiento sea accesible y razonable.

Monreal insistió en que no se legisló a fondo y mostró incluso en tribuna grandes cartelones –que le debió ayudar a sujetar la secretaria de la mesa directiva– donde mostró números sobre, por ejemplo, el aumento a la tasas de interés en tarjetas de crédito de 41.78 por ciento entre mayo de 2007 a febrero de 2009.

El senador Lobato acusó a los senadores de haberse dejado presionar por los bancos y por el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, quién, acusó el legislador de Convergencia, convertido en cabildero, modificó a su gusto el dictamen.

A pesar de las objeciones, las reformas se aprobaron en lo general con 66 votos a favor y ocho en contra, éstos últimos de senadores del PT, de Convergencia y de algunos perredistas, entre ellos Jesús Garibay. Apenas acabada esta votación, buena parte de los asistentes comenzó a salir del salón de sesiones, el presidente en funciones, González Morfín, les pidió quedarse, porque faltaba la votación en lo particular, pero no le hicieron caso.

Monreal comenzó a argumentar las modificaciones que proponía a siete artículos, entre ellos el cuarto de la Ley de Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros, y cuando llevaba veinte minutos, González Morfín le pidió concluir y puso a votación si la asamblea aceptaba discutirlos y la mayoría de los presentes en el recinto, lo rechazó.

Era evidente la falta de quórum, lo que se comprobó al votarse las reformas en lo particular. En el tablero electrónico se registraron 47 votos a favor y cinco en contra. Tres senadores más entraron al recinto a votar por fuera, pero ya no podían esperar más. No se completaron los 65 sufragios requeridos.

Y es que faltaban más de 20 senadores de los que por la mañana pasaron lista de asistencia. González Morfín no quiso que ayer mismo se diera la lista de los que abandonaron la sesión, aunque adelantó que se les descontará el día.

CCE rechaza regulación

El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se manifestó en contra de regular las tasas de interés bancarias, al sostener que el control de precios derivará en escasez de crédito. El control de precios no nos lleva a ningún lado y sólo genera un círculo vicioso que a todos perjudica, afirmó el presidente del organismo, Armando Paredes Arroyo.

Se manifestó en favor de una supervisión por parte de las autoridades sobre las tasas de interés y servicios que cobran las instituciones financieras, pero no mediante un control. Afirmó que lo que se requiere son mecanismos que generen mayor competencia para que los costos financieros adquieran un nivel adecuado.

Al término de un encuentro entre los empresarios Claudio X. González, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, sostuvo que cualquier control de precios lo vemos negativo. Argumentó que la historia muestra que esa medida puede conducir a que haya escasez de créditos.