Édgar Aviña fue visto por última vez el 2 de noviembre de 2008, tras cenar en un bar
El padre denuncia descomunal burocracia y vicios
en pesquisas; pese a todo no desistirá en buscarlo, dice
Lunes 13 de abril de 2009, p. 32
Cancún, QR., 12 de abril. Édgar Arturo Aviña Trejo fue subadministrador de aduanas del Aeropuerto Internacional de Cancún hasta el 2 de noviembre de 2008. Había llegado del Distrito Federal y tenía 153 días en el puesto. Esa noche desapareció.
Su rastro se perdió sobre la avenida Yaxchilán, una de las más concurridas de este centro turístico. Con Carlos Alberto Lucio, un compañero de trabajo, estuvo en un bar mirando por televisión una función de box. Ahí cenaron. Édgar Arturo se despidió hacia la 1:30 de la madrugada y empezó a caminar sobre la ruidosa calle.
Hoy toda su familia lo busca. Su padre, Arturo Aviña Robles, lo hace de tiempo completo. Camina despacio bajo el sol y cruza la Plaza de la Reforma, que desemboca en el palacio municipal. Vino desde la ciudad de México, donde vendió su taxi para aguantar hasta donde tope
en esta localidad y encontrar a su hijo.
El 4 de marzo pasado llegué del DF con mi esposa, Alicia Trejo López, quien debió regresar porque se le agotaron los permisos y días económicos que obtuvo del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México en la unidad Los Reyes Iztacala, donde trabaja...
Sin mayor pausa, continúa: Vendí el taxi para tener dinero, y ya casi me lo acabo. Quise aprovechar la reunión nacional de procuradores de Justicia para exigir su apoyo en la localización de mi hijo Édgar Arturo, de 29 años, que desapareció cerca de la 1:30 en la avenida Yaxchilán, tras ver una función de box y cenar con su amigo Carlos Alberto, compañero de trabajo
.
Varias veces me lo han matado
El vehículo de su hijo apareció con las puertas abiertas. Édgar Arturo cumplía un año en Cancún y 153 días como subadministrador de aduanas del aeropuerto internacional. Desde entonces nadie conoce su paradero. Varias veces me lo han matado, al confundirlo con personas muertas en la vía pública.
Aviña Robles encontró cobijo, socorro y nueva religión en una iglesia bautista local. Su hijo rentaba una casa en el 33 de la calle Porto Ceiba, fraccionamiento Andalucía, y el auto hallado por la policía en avenida Sunyachén fue su regalo de bodas.
Edgar Arturo ingresó al Servicio de Administración Tributaria en la Unidad de Aduanas de Pantaco, en la capital del país. Lo mandaron a Tuxpan, Veracruz, después a este destino turístico. A su novia, Leslie Santibañez, a quien conoció en Pantaco, la transfirieron a Lázaro Cárdenas, Michoacán; entonces decidieron casarse, recuerda su padre. Se instalaron en Cancún.
Voy a seguir buscando; ya lo declaré a la reunión de procuradores: aquí me quedo, y continuaré hasta donde tope.
Su hermana Patricia Aviña Robles lo apoya. En el DF ha llevado varios escritos al presidente Felipe Calderón, a la Procuraduría General de la República (PGR) y al SAT.
“Aquí en Cancún me ha recibido el delegado de la PGR, Nicolás Hernández, quien habla de una sola línea de investigación con pruebas ‘contundentes’, pero no le creo. No tienen nada o quizá sí, pero no quieren decirlo...”
Los familiares demandan a la PGR que llame a declarar al ex secretario de seguridad pública de Cancún, Francisco Velasco Delgado y al ex director de la cárcel municipal Marco Antonio Mejía López, arraigados ya por su presunta participación en el homicidio del general Mauro Enrique Tello Quiñónez.
El padre recuerda que fueron encontradas unas fotografías en la computadora de Édgar Arturo con cuatro o cinco personas, quienes argumentan que lo conocieron en una fiesta pero desconocen por qué guardó las imágenes.
Deplora que los investigadores –a casi cinco meses de la desaparición– apenas recibieran el reporte del celular y el teléfono-radio de Édgar Arturo, que recibió una llamada a las 20:30 horas de ese domingo 2 de noviembre, la cual contestó su amigo Carlos Alberto Lucio y le dijo que era de Bancomer, pero cuando la tomó no había nadie; y lo raro es que su hijo no tenía cuenta en ese banco.
Además, cinco días después de la desaparición fueron retirados de un cajero automático los ahorros de Édgar Arturo; sin embargo, la central telefónica y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores todavía no reportan el origen de la llamada y los datos o filmación del retiro, “por la descomunal burocracia y vicios imperantes.
Lo que pido es que las autoridades hagan algo y propicien que la información necesaria para localizar a una persona desaparecida sea entregada lo más rápido posible
. También apela a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para que entregue al Ministerio Público las fotografías de las personas que hicieron los retiros y todos los datos relacionados con ello, y a las empresas telefónicas para que hagan llegar el registro de sus llamadas.”
Arturo Aviña Robles pide el apoyo de la sociedad para encontrar a su hijo. Se le puede escribir a la dirección de correo electrónico [email protected]