A pesar de que la educación pública es una de las mejores inversiones en un contexto de crisis económica mundial, pues un solo año de escolarización puede incrementar el salario de un joven de 10 a 20 por ciento, el gasto internacional destinado a este rubro es de 4 mil 400 millones de dólares, frente a una demanda de 16 mil millones para concretar las metas del programa Educación para Todos (EPT), alertaron organizaciones civiles y sindicatos docentes de más de 120 países, agrupados en la Campaña Mundial por la Educación (CME).

En el contexto de la llamada Semana de Acción Mundial, que se realizará del 20 al 26 de abril, dedicada este año al combate al analfabetismo, con el lema La gran lectura, la CME demandó, en un mensaje a los jefes de Estado que acudieron a la cumbre del G-20 en Londres, que cumplan con los compromisos establecidos en 2005 para destinar 4 mil 500 millones de dólares adicionales a fin de compensar el déficit causado por la reducción del producto interno bruto de los estados pobres, lo que afecta directamente sus programas de educación.

Nocivas políticas del FMI

Las políticas inflexibles del Fondo Monetario Internacional (FMI), indicó, limitan aún más la capacidad de los gobiernos de liberar parte de sus recursos y, paralelamente, dan lugar a un desvío de los fondos distribuidos para la ayuda.

Agregó que los países ricos cuentan con los recursos necesarios para proteger a sus ciudadanos de las consecuencias más graves de la catástrofe económica actual. Sólo la ayuda a los bancos alcanza actualmente 375 mil millones de dólares, pero los estados en desarrollo también tienen derecho a recibir recursos y disponer libremente las políticas que mejor protejan a sus ciudadanos frente a una mayor pobreza e ignorancia.

Creada en 1999, la CME es un movimiento de la sociedad civil que busca acabar con la crisis mundial de la educación y garantizar que todos los niños puedan acceder a una formación de calidad y gratuita. Por ello, reiteró que los países ricos deben hacer frente a sus cuotas de financiamiento para combatir el déficit de recursos y fortalecer el programa de EPT, que encabeza la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Las instituciones financieras internacionales, subrayó la CME, deben emprender reformas en su administración, de manera que los países más afectados por sus iniciativas tengan una mayor autonomía para garantizar la equidad social.