Josef Koudelka, por ejemplo, documentó la invasión soviética en Checoslovaquia
Sábado 11 de abril de 2009, p. 7
La ira convierte al ser humano en auténtica fiera. Provoca indignación y enojo; también produce deseos de venganza y actos de ensañamiento. Esta pasión no conoce límites y puede ser la causa de un comportamiento violento contra la humanidad o con uno mismo.
En el mundo, la ira ha causado grandes catástrofes. Basta recordar la declaración de guerra de Austria contra Serbia que desencadenó la Primera Guerra Mundial, en 1914, para vengar el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del trono de Francisco José, y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo.
Esos acontecimientos permanecen en la memoria gracias al fotoperiodismo.
Los años recientes, en diversas ciudades se han presentado exhibiciones fotográficas que muestran el belicismo de algunos países, a raíz de la rivalidad entre grandes potencias.
En México, la exposición Invasión 68: Praga, del fotógrafo checo Josef Koudelka, que se exhibe en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), es un ejemplo de la ira de la Unión Soviética contra Checoslovaquia.
El gobierno soviético decidió invadir militarmente a Checoslovaquia para asegurar la hegemonía que conservaba entre los países del este europeo. Con aproximadamente 200 mil soldados y 2 mil 300 tanques, la URSS y los países integrantes del Pacto de Varsovia decidieron detener una reforma política que se alejaba del estalinismo.
Sin embargo, los soldados no esperaban la inaudita respuesta de la población civil, que con inteligencia se enfrentó a aquellos hombres armados con tanques que pensaban encontrar a personas sumisas ante el poder de la violencia.
Desde el primer día de la invasión, el 20 de agosto de 1968, un joven fotógrafo, periodista de teatro y de gitanos, que volvía de Rumania, captó los primeros tanques soviéticos que entraban a Praga.
Sin experiencia en torno a sucesos políticos, Josef Koudelka se dedicó a retratar todo lo que veía en las calles. Posteriormente hizo llegar las imágenes, de manera clandestina, a la famosa agencia Magnum, en Nueva York. Su director en ese momento Elliot Erwitt decidió difundir los testimonios del fotógrafo checo, como firmó Koudelka, debido al temor de ser reprimido.
Josef Koudelka, un año después de lo sucedido en Praga, recibió la Medalla de Oro Robert Capa, que otorga el Overseas Press Club de América, en forma secreta para protegerlo por documentar la invasión soviética a Checoslovaquia.
La exposición reúne 70 fotografías que se incluyen en el libro Invasión 68: Praga, la cual se ha presentado en Nueva York, Washingto, y que posteriormente itinerará en China y Japón.
Memorial del 68
Asimismo, en el Centro Cultural Universitario se exhibe El Memorial del Movimiento Estudiantil de 1968, integrado por una instalación multimedia, cuyo contenido está sustentado por material de cine, video, fotografía y audio, así como objetos y documentos que contextualizan el movimiento en un horizonte historiográfico.
Aquí se refleja la ira de un gobierno contra un movimiento social, en el que además de estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionales en la ciudad de México.
Otro recinto universitario que presenta una exposición relacionada con la violencia como producto de la ira es el Museo Universitario Arte Contemporáneo. Se trata de El reino del coloso: el lugar del asedio en la época de la imagen.
La exhibición se refiere a esa imagen que apenas deja ver hechos de violencia, considerando que la realidad de sucesos como la guerra y el terrorismo supera toda representación visual.
La fotografía es el medio más utilizado para mostrar el horror de las guerras y el sufrimiento infligido por la ira.