erminó un ciclo que nunca debió haber empezado. Y el sueco Sven-Goran Eriksson se fue con su gesto frío que no cambió ni en los peores momentos y con las maletas llenas luego de 10 meses de estancia –no se puede llamar de otra forma– en México.

Sin embargo, a pesar del sueco y de los directivos que lo contrataron, será casi imposible que el Tri pierda la clasificación a Sudáfrica 2010, con los tres boletos y medio que la magnánima FIFA otorga para una de las zonas más subdesarrolladas del planeta futbol.

Lo único que habría que reconocerle a Eriksson es que se paseó por todos los estadios del balompié nacional, pero al parecer observaba todo, menos lo que sucedía en la cancha. El sueco gozó entonces de unas vacaciones todo pagado y en las que además le aumentaron su cuenta bancaria, en una cantidad que algunos ubican en 4 y otros en 10 millones de dólares.

Ya se sabía que Jorge Vergara manejaba a su antojo la selección nacional, pero resultan muy ilustrativas las palabras de Andrés Fassi, quien admitió que el magnate de Omnilife es quien controla los hilos tricolores en este ciclo mundialista y que el combinado internacional Tuzos pretende hacerlo rumbo a 2014.

Y Vergara, con toda la prepotencia que le da el dinero, no parece haber aprendido de la contratación fallida del escandinavo y con el Guadalajara sólo le concedió un interinato a Omar Arellano mientras firma a un técnico europeo, en lo que parece otra pretensión de darse aires de primer mundo.

Javier Aguirre llega con los aplausos de las mayorías y todas sus exigencias cumplidas. Era el candidato natural, desde su salida del Atlético de Madrid, y sólo el novel José Manuel de la Torre le hizo una pequeña sombra. Pero, así como tiene al campeón y superlíder Toluca, el tiempo del Chepo llegará.

Aguirre, en su segundo periodo al frente del Tri ocho años después, arriba con etiqueta de salvador de un equipo que con Eriksson nunca tuvo pies ni cabeza. Pero así como le cumplieron de todo –como radicar en Miami por cuestiones familiares–, no estaría mal que El Vasco demuestre haber aprendido de los errores de su etapa previa.

Por ejemplo, que esta vez no se contrate con algún equipo mientras aún tenga convenio con la selección y que busque ganar los encuentros hasta el último minuto. Y es que todavía se recuerda cuando en el duelo ante Estados Unidos en el Mundial 2002 decidió darle su partido de despedida a Alberto García Aspe en lugar de realizar otro cambio que hubiera sido más productivo.

Y aunque su decisión de allegarse a Manuel Vidrio como auxiliar no parece muy adecuada –por la escasa experiencia técnica del ex zaguero, al que también inexplicablemente llevó al Osasuna–, los resultados hablarán por su trabajo, pero tiene en su favor que este Tri difícilmente será más patético que lo mostrado en Honduras.

En una liga en la que Cruz Azul se hunde dramáticamente, los aficionados chivas abuchean a su equipo a pesar del triunfo y los Pumas enfilan a la liguilla, destacaron los golazos del Chacho Coudet desde media cancha, de Gerardo Torrado con un trallazo y, sobre todo, el resurgimiento del crack que siempre ha sido Jesús Cabrito Arellano.

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