Bogotá, 5 de abril. El presidente colombiano, Álvaro Uribe, propuso hoy a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) un cese de hostilidades de cuatro meses a partir de esta Semana Santa, como muestra de su intención de negociar la paz con el gobierno.

¿Quieren negociar? Que tengan una señal generosa con el país, que se queden cuatro meses sin una sola actividad terrorista, dijo, y añadió que ellos, que tanto apelan a la bondad de la Iglesia, por qué no tienen una consideración con la Iglesia esta Semana Mayor y empiezan un proceso de cuatro meses sin sin actividades terroristas en Colombia, a ver si se les puede creer para una negociación.

No precisó si suspenderá la ofensiva que mantiene su ejército contra las FARC, y luego de destacar la importancia de que esa guerrilla envíe señales auténticas de compromiso de paz, afirmó que una negociación con este gobierno será seria. Durante un consejo comunal de gobierno realizado el sábado en Popayán, en el departamento de Cauca, recordó que anteriores negociaciones no han conducido a una paz y, por el contrario, las FARC han utilizado las conversaciones para rearmarse y consolidarse militarmente.

El presidente denunció, además, que las FACR se han convertido en traficantes de cadáveres por haber cobrado, al parecer unos 62 mil dólares, a una familia de Meta por entregar el cuerpo de su familiar, que murió en cautiverio.

Este domingo la Iglesia católica colombiana exhortó a las FARC a acoger la propuesta de Uribe. El país tiene todo el derecho de exigirle a la guerrilla que cese sus hostilidades y se reintegre. En el país no puede haber dos autoridades: la del gobierno y la de la guerrilla, dijo el cardenal Pedro Rubiano.

Al cierre de esta edición no había respuesta de las FARC a esta propuesta, aunque antes llamó a sus combatientes presos a rechazar una oferta previa del gobierno, que les concede libertad a cambio de renunciar a la lucha armada y convertirse en gestores de paz.

El gobierno anunció el 5 de marzo la excarcelación de dos importantes miembros de las FARC para que actuaran como gestores de paz, sin precisar la misión que cumplirán.

Esto, dijo el grupo rebelde en un comunicado, va en contra de la intención de las FACR de que los prisioneros rebeldes –unos 500– sean canjeados por 22 militares y policías secuestrados.

La semana pasada las FARC divulgaron un carta en la que dan a conocer su disposición para realizar un canje de rehenes por guerrilleros presos, y flexibilizaron su exigencia de una zona desmilitarizada en el suroeste del país para realizar el intercambio.