El grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados presentó una iniciativa con proyecto de decreto para aplicar un descuento de 30 por ciento a los consumidores de gasolina y diesel. Tal reducción propiciaría la reactivación del sector productivo del país e impulsaría el consumo, manifiesta el texto.

Al detener el aumento de las gasolinas y el diesel, y bajar su costo, podemos apoyar a las pequeñas y medianas empresas que consumen estos energéticos, impulsar el transporte público y abaratar la oferta de vehículos, así como otros factores, como la disminución de costos para el insumo agrícola, transporte de mercancía y personal, garantizando la competitividad de nuestra empresa nacional.

La propuesta de disminución al precio de los combustibles se ubica en una modificación al artículo 2A de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) donde se establece lo siguiente:

Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios, las estaciones de servicio y demás distribuidores autorizados que realicen la venta de los combustibles al público en general, trasladarán un 30 por ciento de descuento a la cuota resultante. El traslado del descuento a quien adquiera gasolina o diesel se deberá incluir en el precio correspondiente.

Y es que desde el pasado 13 de septiembre de 2007, la Cámara de Diputados aprobó las modificaciones a la ley del IEPS por las cuales se aumentarían dos centavos mensuales durante un año y medio al precio de la gasolina, además de los 3 centavos que se venían aplicando a los combustibles. Dicho incremento tendría una vigencia de 18 meses hasta completar 36 centavos.

También de diciembre de 2005 a diciembre de 2008, los incrementos a las gasolinas han ocurrido de la siguiente forma: la Premiun pasó de 7.76 a 9.57 pesos por litro; la Magna Sin pasó de 6.49 a 7.62 pesos por litro; y el diesel de 5.33 a 7.13 pesos por litro.

En términos relativos, entre diciembre de 2005 y diciembre de 2008 la gasolina Premium se ha incrementado casi 25 por ciento, la Magna Sin 17.41 y el diesel 33.77 por ciento. Los salarios sólo crecieron 6.5 por ciento en términos reales, porque la inflación en 2008 se elevó hasta 6.1 por ciento, pulverizando éstos miniaumentos al salario mínimo.