Bogotá, 28 de marzo. El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, descartó hoy la posibilidad de entablar conversaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ante sus más recientes ataques en apartadas regiones del territorio nacional, e insistió en que el país debe mantener su política de seguridad para terminar el conflicto armado interno.

El mandatario, que el mes pasado había dicho que estaba dispuesto a llegar a acuerdos con el grupo guerrillero para el canje de rehenes por rebeldes presos e incluso iniciar un proceso de paz, como ha reclamado la insurgencia, dio marcha atrás al participar en un congreso del Partido Social de Unidad Nacional, que forma parte de la coalición de gobierno.

¿Qué diálogo puede haber con estos bandidos que se lucen poniendo explosivos en la vecindad de las escuelas, en el camino de los niños? El diálogo es con la democracia, el diálogo no es con terroristas, afirmó, en alusión a los ataques rebeldes que las autoridades interpretan como homenaje a sus dos máximos líderes Manuel Marulanda (Tirofijo) y Raúl Reyes, que murieron hace un año.

Diría que tenemos hoy que pensar un horizonte de dos líneas. Una línea: firmeza en la derrota de los terroristas. Y una segunda línea: buscar más diálogo con los colombianos de todas las tendencias políticas, para tratar de avanzar en la construcción de consensos nacionales sobre los aspectos fundamentales, planteó.

En tanto, ocho personas resultaron heridas este sábado por la explosión de un artefacto en un céntrico supermercado de la población de Apartadó, Antioquia, un hecho atribuido a las FARC, según señaló el alcalde de esa población, Oswaldo Cuadrado.

También el jefe policial local, general Oscar Naranjo, acusó a la guerrilla y anunció una recompensa a quien suministre información sobre los responsables.

Mientras tanto, indígenas colombianos hallaron los cadáveres de tres aborígenes de la etnia awá que las FARC habrían asesinado en septiembre del año pasado en una apartada región del sur del país, anunció este sábado en un comunicado la Organización Nacional Indígena de Colombia.

El hallazgo se produjo en el resguardo Palisito, ubicado en el departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador. Los nativos mantienen la búsqueda de los cuerpos de entre ocho y 17 indígenas de esa comunidad asesinados.

Las FARC reconocieron semanas atrás la muerte de ocho indígenas awás, porque según argumentaron eran informadores del ejército, lo que ha sido desmentido tanto por los uniformados como por los líderes awás, que se han declarado neutrales frente al conflicto armado en el país.