Para el América viene la prueba de fuego: tres partidos claves frente a Atlante, Cruz Azul y Pumas; estos dos últimos, rivales del grupo dos, de cuyos resultados dependerá mucho el futuro del equipo y su aspiración de clasificar a la liguilla, señaló el técnico Jesús Ramírez.

El plantel aún está dolido e inconforme con el arbitraje de Paul Delgadillo, expresó el timonel, aunque aclaró que no pondrá pretextos.

En tanto, Ángel Reyna dijo no estar arrepentido de la acción que le mereció la tarjeta roja, pero la directiva pidió a los jugadores un cambio de actitud.

Luego del entrenamiento realizado en Coapa, Chucho acudió a la rueda de prensa para indicar que viene una etapa decisiva en la que buscarán perfilarse hacia la liguilla, pues incluye a dos rivales del flojo grupo de la muerte, cuya lucha, pese a todo, sigue cerrada, ya que las Águilas, siendo coleras, están sólo tres puntos abajo del líder Chivas.

Estoy consciente de que lo vamos a lograr, de que en estos tres partidos tendremos resultados muy positivos y nos permitirán clasificar. Afortunadamente todavía dependemos de nosotros para obtener el máximo de puntos, indicó el timonel, quien comentó que entre sus dirigidos hay unidad y mucho diálogo.

En cuanto a lo futbolístico, expuso que siguen trabajando con línea defensiva de cuatro y cinco, y de cara a la visita a Cancún contra Potros espera que sus dirigidos retomen las virtudes mostradas frente a Tigres. Faltan muchas cosas por trabajar, coordinación, y a veces hay desesperación para que los resultados se den rápido.

Ramírez no ocultó su disgusto con el silbante en el juego contra San Luis: nos cortan una jugada de gol. Analizamos y hay varias acciones que influyen en el resultado. El otro equipo también se tendría que haber quedado con algún jugador menos. Fueron más complacientes con ellos.

Aclaró que no busca poner pretextos ni escudarse en nada, simplemente lo consideró un mal arbitraje.

Reyna, quien fue expulsado al igual que Ismael Rodríguez, coincidió con el entrenador al calificar de injusta la tarjeta roja. “No hay por qué arrepentirse. Sí perdí la cabeza pero no es una jugada de expulsión. Es parte de su show, puesto que no le pegó”, dijo, y agregó que tras recibir el cartón rojo fue a reclamarle a Palacios por dramatizar la acción.

No me considero un jugador violento, al contrario, a mí me estuvieron pegando todo el juego, pero lo acepto porque es parte del futbol. A mis compañeros les ofrezco una disculpa por dejarlos en minoría, dijo Reyna, quien explicó el irregular paso del club: Nos falta un poco de suerte que de repente tienen otros equipos y nosotros no.