El escritor Luis Humberto Crosthwaite crea, en su libro más reciente, Aparta de mi este cáliz, un Jesucristo más terrenal, quien sueña que besa a una mujer, que puede beber cerveza con sus amigos de barrio, que abre su changarro a las ocho de la mañana y si está cansado cierra temprano; se trata de un Cristo feliz, dispuesto a todo por salvar a la humanidad, excepto ser crucificado.

Desde el punto de vista histórico, el escritor reinventa la figura de Jesús, porque considera que ha sido distorsionado y reducido al sacrificio.

En la Iglesia se ve crucificado, sufriendo. Para mí Jesús es mucho más que eso, es una figura histórica y a partir de las interpretaciones que hacen los historiadores surge este personaje alejado de la perfección, muy humano, lleno de errores, pecador y con la carga en sus hombros de tener que salvar a la humanidad.

En la novela, el protagonista había estado en la cárcel por un crimen que cometió pero al salir sueña que es el mesías, con ideales, con sentido de justicia y de igualdad, nada que ver con él, pero en el sueño así es él.

“A todos –explica Crosthwaite– nos ha sucedido que soñamos algo y de pronto queremos que así sea la realidad. Lo que le sucede a este Jesús es que sueña; en un momento de su vida decide quedarse en ese sueño y la historia se desarrolla alrededor de lo que está soñando a pesar de que hay cosas distintas, como un Oxxo, una licorería, situaciones modernas que cambian la versión del Jesús judío, quien murió en la cruz y vivió en Palestina hace dos mil años.”

Ensamble y juego con la realidad

Crosthwaite toma los evangelios como base para generar otra realidad e invita al lector a reflexionar sobre conflictos humanos como la culpa, el hastío, las relaciones humanas y el juego del poder, así como la soledad de aquel que posee un sitio privilegiado en el mundo.

El trabajo de un escritor, más allá de contar historias, considera el autor, debe ensamblar y jugar con la realidad: “La novela es como un cubo de Rubik. Una historia de realidades que se trastocan de sueños. Entras en un sueño y dentro de ese sueño estamos soñando.

La historia del Jesucristo moderno si la cuentas parece algo absurdo, pero si la escribes en un libro adquiere cierta lógica y cada sueño responde a realidades distintas. Al final, el personaje ya no sabe si está soñando la realidad de que no estuvo en la cárcel y duda de la presencia de una mujer de la que supuestamente está enamorado.

El sentimiento de culpa es otro tema que explora el autor en la novela, ya que el protagonista siente culpa por un crimen que lo mandó muchos años a prisión y esta situación transforma toda la realidad al soñar que es Jesucristo.

El protagonista está consciente de sus dos realidades, pero finalmente renuncia a una y se queda en la que prefiere estar: la de ser mesías, agrega el escritor.

Aparta de mi este cáliz presenta a un Jesús admirado por los más jóvenes del barrio, quien vive atormentado y bendecido por sus sueños. Es un líder político que tiene el poder de salvar a la humanidad.

Sobre el tema del poder, Crosthwaite señala que generalmente éste llega a manos de quien siempre lo ha soñado hasta convertirse en hambre insaciable. En la novela lo deposita en Jesús, quien prefiere que existan varios mesías y se pregunta si podrá salvarse este puerco mundo y si un solo mesías terminará con el hambre y la injusta distribución de la riqueza.

Aparta de mí este cáliz (Tusquets) se presentará en marzo, en Tijuana. Asimismo, el sello acaba de reditar Estrella de la calle sexta, en la que Crosthwaite construye esa urbe con detalles reales.