■ El vicepremier ruso se reúne con Biden en el primer contacto con el gobierno de Obama
Moscú, “cautelosamente optimista” respecto de la relación con Washington
■ La guerra contra talibanes en Afganistán, tema central de la Conferencia de Seguridad de Munich
Ampliar la imagen Joe Biden, vicepresidente de Estados Unidos, y Sergei Ivanov, viceprimer ministro de Rusia, ayer durante la Conferencia de Seguridad de Munich Foto: Reuters
Munich, 8 de febrero. Rusia se declaró hoy “cautelosamente optimista” respecto de las relaciones con Estados Unidos, un día después que el vicepresidente estadunidense, Joe Biden, afirmó que Washington propiciará el diálogo con Moscú y le consultará antes de tomar una decisión sobre el controvertido escudo antimisiles en Europa del este.
“Somos cautelosamente optimistas, pero hay que esperar y ver qué pasa. Tenemos que ser realistas, la administración de Barack Obama es muy reciente”, dijo el viceprimer ministro ruso, Serguei Ivanov, al comentar declaraciones hechas por Biden en la Conferencia de Seguridad de Munich, un foro donde no se toman decisiones, pero convoca y propicia el debate entre jefes de Estado y de gobierno, funcionarios civiles y militares, y analistas especializados de medio centenar de países.
Tras haber pasado por ásperos episodios en 2007 y 2008, que invocaron incluso el ambiente de la guerra fría de la segunda mitad del siglo XX entre Washington y Moscú, Biden dijo que a pesar de tener diferencias, los dos gobiernos pueden “trabajar juntos donde coincidan nuestros intereses”.
Los planes para construir un sistema de defensa antimisiles –con una batería en Polonia y un radar en la República Checa–, el reconocimiento a la independencia de la república balcánica de Kosovo y la invasión rusa a Georgia –tras los ataques de Georgia en Osetia del Sur– tensaron la relación ruso-estadunidense.
Ivanov se entrevistó este domingo con Biden en el primer encuentro de alto nivel entre un funcionario ruso y un miembro del recién instalado gobierno del demócrata Barack Obama.
Al salir de la reunión, Ivanov dijo que Rusia no niega la posibilidad de amenazas, pero “el tema es cómo vamos a reaccionar ante la hipotética amenaza de la propagación de las tecnologías de misiles. Hay pocas opciones que incluyen, entre otras cosas, una evaluación conjunta de la amenaza por parte de Rusia y Estados Unidos”.
Pero por lo pronto, la decisión anunciada el viernes pasado por el gobierno de Kirguistán –aliado de Rusia– de cerrar una base aérea estadunidense en su territorio planteó un nuevo reto a la relación Moscú-Washington, toda vez que las instalaciones sirven de apoyo a fuerzas de Washington y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para apoyar logísticamente a sus 55 mil efectivos en Afganistán.
La Conferencia de Seguridad de Munich estuvo centrada en el tema de Afganistán y sobre la guerra contra las milicias del talibán –gobernante hasta la invasión encabezada por Estados Unidos en noviembre de 2001–, los principales asesores de seguridad de Obama ofrecieron un balance negativo, resultado de la conducción del conflicto en los dos últimos años en el país donde el nuevo gobierno estadunidense pretende concentrar sus acciones bélicas.
“Será una larga y difícil batalla. Y en mi opinión va a ser más complicado que en Irak”, dijo el enviado especial estadunidense para Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke.
“Afganistán ha sido conocido por años como la tumba de los imperios”, afirmó el jefe del comando central estadunidense, el general David Petraeus.
Los representantes de Estados Unidos –que prepara el envío de entre 20 mil y 30 mil militares más, después de salir de Irak– retomaron la petición de la administración de George W. Bush de pedir más apoyo a los aliados europeos con un aumento de cinco mil soldados a sus contingentes, pero Alemania –con tres mil 500 hombres en el país centroasiático– cuestionó la propuesta y dijo que Occidente debe fortalecer el entrenamiento de fuerzas afganas y los proyectos de reconstrucción.