■ Autoridades eclesiásticas deben realizar purga, opina experto
Apoya la Iglesia católica llamado a la unidad de los Legionarios de Cristo
Ante las revelaciones periodísticas y la aceptación de la Iglesia católica de que Marcial Maciel tuvo una amante y una hija, la secretaría general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) respaldó el “llamado a la unidad” que la dirección de los Legionarios de Cristo hizo la víspera a miembros y simpatizantes de la congregación fundada por este cura, quien falleció hace un año.
Sobre el tema, el especialista en religión Luis Leñero consideró que ante las delaciones y encubrimiento de varios delitos, así como procesos judiciales en que se han visto envueltos jerarcas y representantes del catolicismo, ha llegado el tiempo de que la Iglesia –al menos la mexicana– se depure. Una forma de iniciar, opina, es identificando y denunciando ante instancias civiles a quienes enfrentan acusaciones.
Funcionarios de la CEM que pidieron el anonimato manifestaron que la filtración de la paternidad de Maciel Degollado y el reconocimiento de Roma de los hechos los “afecta”, por lo que se llamará a los sacerdotes a ejercer “responsablemente” su ministerio.
Aunque por el momento la CEM no contempla fijar su postura sobre las revelaciones de la doble vida de Marcial Maciel, se informó que la próxima semana el presidente de ésta, Carlos Aguiar, ofrecerá una conferencia de prensa, “en la cual cabe la posibilidad de que aborde el tema”.
“La posición que tenemos es que la secretaría general decidió respaldar la comunicación de los Legionarios de Cristo, que a su vez entregaron un comunicado de quien está al frente de su congregación, el padre Álvaro Corcuera”, precisaron.
Expusieron que el caso de Marcial Maciel generará “una afectación en el interior, pero también se tiene la responsabilidad de centrar la fe en Jesucristo, que es la razón de ser de lo que expresamos como cristianos católicos”.
Al respecto, en entrevista, el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Luis Leñero, señaló: “la aceptación de los hechos” por los Legionarios y El Vaticano se dio porque “ya no podían tapar el sol con un dedo”.
“En el actuar de la Iglesia católica hay un sentido equívoco, porque cuando hay un problema de moralidad entre los sacerdotes (éstos consideran) que lo mejor es que no se sepa para que no se perjudique el nombre de la Iglesia. Por ello el encubrimiento se volvió complicidad. Se trata de una cadena, y ésta ya se rompió. Los casos de pederastia son lo más grave, y el que tuviera amante refleja que Maciel era doble cara, que hacía sus juegos con palabrerías manipuladoras”.