Usted está aquí: sábado 7 de febrero de 2009 Política SSP: están en el DF los grupos de plagiarios más peligrosos

■ No hay bandas que operen en varios estados, dice Luis Cárdenas

SSP: están en el DF los grupos de plagiarios más peligrosos

Gustavo Castillo García

Ampliar la imagen Luis Cárdenas, director de Inteligencia para la Prevención de la Secretaría de Seguridad Pública, durante la entrevista Luis Cárdenas, director de Inteligencia para la Prevención de la Secretaría de Seguridad Pública, durante la entrevista Foto: Guillermo Sologuren

El año en que la industria del secuestro se “masificó” fue 1997, después de que Daniel Arizmendi López, El Mochaorejas, fue presentado ante los medios de información detrás de una montaña de dinero, joyas y armas. Aunque desde 1998 el fenómeno va a la baja, en los últimos tres años el promedio es de 250 plagios atendidos al año por las autoridades federales, afirmó Luis Cárdenas Palomino, director del área de Inteligencia para la Prevención de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal.

En entrevista, el funcionario señaló que actualmente no hay bandas que operen en distintas entidades, que los grupos más peligrosos se encuentran en el Distrito Federal y la zona conurbada de la capital del país, y que en la lucha contra ese delito han sido detenidos 260 plagiarios en el último año.

El titular del área de Inteligencia para la Prevención refirió que es necesario atender, además de los secuestrados y sus familiares, a las víctimas “indirectas” de ese ilícito, como a los hijos de los plagiarios, pues no hacerlo ha significado que algunos descendientes de los hampones hoy realicen la misma actividad.

Cárdenas Palomino, quien en su calidad de comandante de la extinta Policía Judicial Federal comenzó a participar en el combate al rapto hace más de 20 años, afirma: “me tocó arrestar a Daniel Arizmendi. Su presentación ante los medios hizo parecer que los demás delitos conllevaban más riesgos y la utilidad no era tan alta.

“Lo que hace bajar el índice de secuestros es la lucha contra la impunidad, pues comienza a haber muchos detenidos por ese ilícito.

“El plagio llegó a representar 50 por ciento de detenciones, cifra que no tenía comparación con el nivel de captura de presuntos responsables de otros delitos.

“En materia de raptos logramos bajar el índice delincuencial y, por ende, que dejara de ser un delito atractivo. Al considerarse que uno de cada dos secuestros se resolvía, se convirtió en un volado para los delincuentes.

“Otro factor que permitió disminuir el índice fue el tema del lavado de dinero, al acusar a los familiares de los secuestradores, y con ello enviar el mensaje de que el pago de un plagio jamás podrá ser para que eduques a tus hijos o tu familia esté bien, porque son recursos que permanentemente estarán envenenados, y el hecho de que alguien haga uso de esos fondos significa que podría ir a la cárcel.

“Ese es el panorama de la masificación, pues hubo gente que se dedicaba al robo de autopartes o de vehículos y comenzó a plagiar de manera coyuntural, es decir, sin que se investigara a la víctima, y se privó ilegalmente de la libertad por un reloj, un coche o una casa.

“Por ello el combate al rapto no debe abarcar únicamente la detención de los secuestradores. Se debe atacar la pirámide del delito, ya que para que alguien llegue a ser plagiario antes comete otro tipo de ilícitos.”

–¿Cuál es la estadística federal en los últimos tres años?

–Casi ha sido parejo, aunque hubo un incremento el año pasado. Ya va a la baja, porque se comenzó a atender integralmente el asunto.

–¿Cuál es el número de plagios que anualmente, en promedio, se han cometido en los últimos tres años?

–Doscientos 50, atendidos por nosotros.

–¿Cuáles son las bandas más peligrosas?

–Las que actúan en la ciudad de México y la zona conurbada. Anteriormente tuvimos bandas que operaban en Tijuana, Baja California, y Culiacán, Sinaloa, que eran muy peligrosas, porque mataban a las víctimas. Sin embargo, para mí, las más peligrosas son las que tienen un alto nivel de sofisticación.

–Existieron bandas como Los Canchola, Los Arizmendi, que tenían gran movilidad en distintas entidades. ¿Hay bandas como éstas actuando en México?

–No. Es importante no hacer apología de los secuestradores, porque el nivel intelectual que tienen es de risa. Son gente con mucha voluntad y astucia, pero a veces los medios los hacen parecer como profesionales y son simplemente delincuentes con mucha experiencia en el tema.

“Por ejemplo, Arizmendi lo más que se movió del Distrito Federal fue a Querétaro; José Luis Canchola (responsable del secuestro del entrenador de futbol Rubén Omar Romano) se movía en el área metropolitana; Andrés Caletri y Marcos Tinoco Gancedo, El Coronel, actuaban en el Distrito Federal y el área conurbada.

–¿Qué es lo que más le preocupa en términos de política pública contra el plagio?

–El manejo que hacen los medios de los secuestradores, porque parece que el mensaje que estamos enviando acaba siendo el mismo que el que se mandó en 1997, y que parece que es un ilícito en el que los delincuentes pueden ganar, que la autoridad no está preparada y que ellos son tremendamente sofisticados.

 
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